Con un crecimiento del turismo en todos los países, con los aviones más baratos que nunca, la casi totalidad de los destinos del mundo está creciendo, en algunos casos de forma constante desde hace años. Algún lugar, afectado por algún fenómeno puntual está a la baja, pero de forma muy limitada. Casi ningún país pierde turistas. Salvo uno. Uno que, además, no pierde ‘algunos’ turistas sino que ha reducido su cuota en el último año en un 16 por ciento: Rumanía no gana para disgustos incluso cuando a todos les va bien.
Sólo en junio, el número de turistas cayó un 2.6 por ciento sobre el año pasado. Los asiáticos cayeron un 10 por ciento. Desde julio de 2018 la caída de viajeros en Rumanía es constante. Doce meses de declive al que nadie ve el final. Un caso único en Europa, incluso si contamos a Islandia que ha visto cómo sus aerolíneas y conexiones aéreas entraban en crisis.
El declive pone en evidencia por un lado la mala gestión de la promoción, pero por otro denuncia la caótica oferta de atracciones. Los lugares de interés existen, pero no hay gestión, es deficiente o no hay organización. Además, la oferta de alojamientos está atomizada, con la presencia limitada de grupos extranjeros.
La legislación turística está sin desarrollar fundamentalmente porque el país sigue en una crisis interior constante con la política atascada en cuestiones de corrupción y batallas entre partidos, a un nivel considerablemente más agrio y conflictivo que en España. Las redes de agencias de viajes para la creación de productos turísticos son limitadas. Igualmente, las comunicaciones por carretera, por tren e incluso los hoteles no están a nivel europeo.
Igualmente, el acceso a los mercados es muy pobre. Rusia, que podría ser el mercado natural, apenas visita Rumanía, pese a la cercanía. La principal fuente de visitantes es Alemania, seguidos por los italianos, Israel y Francia.
Por eso se entiende que en los seis primeros meses de este año, en comparación con los mismos seis meses de 2018, la caída de viajeros haya sido del 15.9 por ciento, hasta sólo 1.07 millones de visitantes, cifra que en sí también es mínima. La duración de las estancias, igualmente, ha decaído.
Pues yo estoy visitando ahora mismo Rumanía y en el caso del vuelo Madrid-Cluj la ocupación era casi del 100% con mayoría de españoles respecto a rumanos.
Las carreteras aunque si es cierto que algunas están descuidadas se está construyendo la autopista de Transilvania.
Y respecto a la oferta de alojamiento el artículo se querrá referir a oferta hotelera porque la oferta de apartamentos en Booking es muy amplia y los alojamientos están nuevos y bastante mejor equipados que cualquier apartamento de la costa mediterránea española.
En conclusión, Rumanía me parece un país muy barato de viajar en que se puede comer muy bien por muy poco y las entradas a las atracciones turísticas tambien. Si bien es cierto que hay muchas iglesias y catedrales que se están restaurando y en este momento están cerradas. Destino muy recomendable.
Descubre Rumania ese gran desconocido!!!! ??? Especialmente si buscamos pareja,de sobra es conocida la belleza de las hembras en estas tierras ??