¿Qué imagen turística da España con el rodaje de vídeos porno en la calle?

Los ayuntamientos de Madrid y de Barcelona no terminan de aclararse sobre cómo van a actuar ante la iniciativa de una productora de cine pornográfico de California, Kirk, que ha filmado en las dos ciudades escenas pornográficas duras en plena calle. ¿Qué imagen de estas dos ciudades arrojan esas películas, rodadas a plena luz, se pregunta el mundo del turismo?

Los viandantes asistieron atónitos en abril de este año a la filmación de una escena de mujeres esposadas, azotadas y paseadas como esclavas por la Rambla de Barcelona y, posteriormente, en los aledaños de la Sagrada Familia y en el Maremagnum. El ayuntamiento, requerido por estas filmaciones, ha explicado que tiene que comprobar la normativa y modificar los protocolos. No obstante, está en vigor una norma por la que la Ciudad Condal impone multas (o puede imponerlas) de hasta 300 euros a las personas que caminen por la calle con el torso desnudo. En cambio, el sexo extremo tiene más dificultades de ser sancionado, por lo que parece.  Las ordenanzas municipales de Barcelona prohíben el sexo en público.

Según informa la prensa de Barcelona, el ayuntamiento ha decidido revisar los protocolos porque es necesario pedir permiso municipal para rodar una película. Sin embargo, como era de imaginar, tanto en Madrid como en Barcelona, la oposición y los medios de comunicación sugieren cierta connivencia entre la mayoría que gobierna y estas organizaciones.

En el caso de Madrid, las filmaciones tuvieron lugar en Callao y en la glorieta de Atocha, causando sorpresa entre los viandantes, alguno de los cuales increpó a gritos a los actores. Unas mujeres sin ropa interior y con los pechos al aire se pasearon atadas con cadenas y con una pelota en la boca, para en cierto momento mostrar sus partes íntimas. Según las informaciones difundidas, se trata también de la misma productora californiana de Madrid, que aduce que España es un destino que gusta a los espectadores de estas películas (como si en estos casos alguien reparara en el fondo de las imágenes). El ayuntamiento que dirige Manuela Carmena se ha mostrado menos contundente al señalar que no tiene competencia en este asunto, salvo que en la filmación se utilicen trípodes, por los cuales hay que pedir autorización. Este viernes pasado se supo que, pese a que el ayuntamiento madrileño dice que son cuestiones excepcionales, hay más de 40 vídeos de porno duro rodados en las calles de la capital que están circulando por Internet.

Algunos círculos turísticos han reaccionado con preocupación: ¿qué imagen de estas ciudades se trasmiten con películas e imágenes de esta naturaleza?  ¿Qué sentido tiene gastar dinero en presentar estas ciudades como destinos familiares, si se permite que filmaciones extremas como estas se puedan rodar y difundir? Los medios de comunicación que han informado de estos hechos han destacado que Barcelona sí ha dicho que modificará los protocolos de actuación, sin que se haya concretado más; en el caso de Madrid la respuesta municipal ha sido más ambigua. En el caso de Madrid, el Partido Popular ha dicho que esta tolerancia en relación con estas filmaciones encaja en el mismo punto de vista que ha defendido Rita Maestre cuando entró a pecho descubierto en la capilla de una universidad de la capital. Los socialistas de Madrid han cuestionado que se filmen imágenes vejatorias para la dignidad de la mujer.

La cuestión es que si esto va a más, lo cual podría ser si se mantiene la ambigüedad municipal, o si la revisión de protocolos acaba siendo una forma para no hacer nada, en los dos casos la imagen de la ciudad puede verse comprometida, especialmente de cara al posicionamiento turístico. Mientras ello ocurre, los ciudadanos pueden encontrarse en cualquier momento una escena de esta naturaleza, en cualquier esquina.