Nueva Zelanda: el impuesto al turismo puede suponer tantas pérdidas como ingresos

En nuestra cultura de poco rigor, nunca se sabe si con un impuesto al turismo ganamos o perdemos. Lo hacemos a ojo. En cambio, en Nueva Zelanda, donde decidieron crear una tasa a todos los viajeros que visitan el país, han calculado qué beneficios tendrían y qué costes generaría. Y hay dos datos sorprendentes: el primero, es que el coste de recaudar el impuesto será de 14 millones de dólares al año, lo que es algo menos de la cuarta parte de lo que se piensa recaudar. Igualmente, los empresarios perderían una cantidad de dinero importante, como consecuencia de la merma en el número de clientes o en la duración media de sus estancias.

El impuesto neozelandés, que entrará en vigor en octubre de este año, será de 35 dólares por persona y visita al país, excluyendo a los nacionales y a los australianos.

Los legisladores esperan recaudar una cantidad que va de los 57 a los 80 millones anuales. El coste de explotación será de 14 millones pero hay un dato más: se espera que el número de visitantes caiga en 15.000, con lo que el gasto turístico bajaría en 51 millones. O sea, podría ser exactamente lo comido por lo servicio.

La medida no había provocado gran oposición, pero los estudios que están apareciendo empiezan a provocar dudas. El impuesto se aplicará electrónicamente, pese a lo cual hay dudas sobre qué ocurriría en ciertos casos en los que el viajero no llegara a entrar al país o si un pasajero se prsenta para salir sin haber pagado la tasa. Los expertos en turismo exigen información detallada lo antes posible para evitar complicaciones a los clientes.

El director de un Consejo de Turismo, Judy Chen, señaló que lo ideal es que los viajeros tengan el impuesto pagado 72 horas antes de viajar. Pero qué ocurre cuando el viajero no sabe de esta tasa. Se estima que hasta un 15 por ciento de los viajeros pueden llegar al checkin del aeropuerto sin haber pagado la tasa, generando complicaciones muy difíciles de abordar.