Los sindicatos de Baleares: “Ahora estamos en clave de huelga general”

Con la que está cayendo, no es cuestión de pisar el sembrado. Al menos eso parecen pensar tanto los sindicatos como las patronales de la hostelería de Baleares, después de ‘asustar’, dentro y fuera de las Islas, con la suspensión de la negociación del convenio colectivo hasta el próximo 12 de abril.

La decisión de los sindicatos UGT y CCOO de dejar para después del paro general del 29 de marzo las conversaciones sobre el XIV Convenio de Hostelería del archipiélago porque tienen que “trabajar en la preparación de la huelga” no es vista con buenos ojos por los empresarios del Sector de las Islas, que ya han presentado sus propuestas. El convenio incluye a todos los empleados del alojamiento, la restauración y las salas de fiesta de Baleares, de modo que afecta a un colectivo que, en la punta de la temporada alta, alcanza a unos 112.000 trabajadores.

Fuentes de las centrales mayoritarias consultadas por preferente.com aducen que ahora mismo “estamos más pendientes de otras cosas”, en referencia a la reforma laboral del Gobierno central contra la que han planteado una lucha en la calle. “Ahora estamos en clave de huelga general y no tenemos lista aún la propuesta sindical conjunta”, han señalado las mismas fuentes. A pesar de ello, aseguran que “queremos ser serios y no correr para no meter la pata” y añaden que “no nos preocupa que la negociación se cierre en verano porque todos los años hemos hecho lo mismo”. De hecho, el convenio de 2008 se firmó en el mes de agosto.

El responsable de Hostelería de UGT en la comunidad autónoma, Ginés Díez, ha subrayado que en este sector “siempre hemos llegado a un acuerdo”. El sindicalista reconoce que “tenemos un arma fuerte” pero asegura que “no tenemos intención de molestar a los mercados; somos maduros y no haremos declaraciones fuera de lugar, ni lanzaremos mensajes indebidos al exterior ni anunciaremos movilizaciones que no vayamos a realizar”.

Los empresarios creen que “hay tiempo suficiente”

El Convenio de Hostelería de las Islas Baleares fue denunciado por las patronales el pasado 28 de diciembre y expira el 31 de marzo que viene. En enero se constituyó la mesa negociadora y se fijó un calendario de reuniones que ha quedado aplazado hasta el 12 de abril, pasada la huelga y la Semana Santa. En su redacción participan tanto los sindicatos CCOO y UGT, como las patronales de los hoteleros, restauradores y salas de fiesta de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera.

La organización más representativa, la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), cree que “hay tiempo suficiente” para cerrar el nuevo convenio antes de que la temporada turística esté en su punto álgido. Eso sí, la gerente de la FEHM, Inma de Benito, espera que se pueda hacer “un trabajo intenso a partir del 12 de abril, incluso con reuniones diarias, para llegar a un consenso lo antes posible y poder aprovechar la temporada para lo que es, para atender y fidelizar a los turistas que nos visitan”.

En cualquier caso, De Benito reconoce que “nos preocupa muchísimo” la imagen que pueda estar transmitiendo el destino Baleares en los mercados emisores porque “el sector es tremendamente vulnerable” y cualquier conflicto o amenaza de huelga “puede ser muy dañino e inhibir las ventas”. No obstante, la gerente de la patronal hotelera de Mallorca ha recalcado que, si bien “hemos perdido un mes de negociación, lo importante es lo que pase a partir del 12 de abril”.

En cuanto a las reivindicaciones de ambas partes para el decimocuarto convenio de las empresas de hostelería, restauración y salas de fiestas de Baleares, ninguna de ellas ha querido desvelar sus propuestas de negociación. Ginés Díez ha dicho incluso que “no me he mirado las propuestas de las patronales para que no me influyan” y ha avanzado que la subida salarial del 0’5% acordada por las federaciones estatales “no nos basta, evidentemente”. Inma de Benito, por su lado, ha afirmado que la patronal no ha presentado ninguna oferta salarial concreta porque “no es lo más importante”. La flexibilización de las condiciones laborales y su “adaptación a la realidad y a las necesidades de las empresas” pesan igual o más.