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EDICIÓN ESPAÑA

Destinos | El exjefe del Gobierno accedió a la presidencia de Entursa en 1973

La faceta menos conocida de Adolfo Suárez como líder hotelero

Suárez estuvo ligado a la cadena hotelera pública hasta el 4 de junio de 1975 como miembro de su Comisión Permanente
Tras su privatización, el portafolio de Entursa quedó repartido entre las cadenas Sol, Husa y NH

Adolfo Suárez y EntursaTres años antes de convertirse en el primer presidente de la democracia, Adolfo Suárez estuvo al frente de la Empresa Nacional de Turismo (Entursa), dependiente del Instituto Nacional de Estadística y que contaba en su portafolio con establecimientos de la talla del hotel Alfonso XIII de Sevilla o el Mencey de Tenerife.

 

Suárez alcanzó la presidencia de Entursa en 1973 tras el asesinato a manos de la banda terrorista ETA de Luis Carrero Blanco. Fue precisamente durante ese año cuando empezó a cultivar su amistad con el preceptor del por aquel entonces príncipe Juan Carlos, Torcuato Fernández Miranda, figura clave en la transición.

 

Adolfo Suárez fue responsable en buena parte del crecimiento de la cadena hotelera pública, creada en 1963 para satisfacer la demanda provocada por el notable auge del turismo en esa época. Entursa se encargaba de la gestión de doce establecimientos repartidos por toda España, seis de cinco estrellas y seis de cuatro estrellas, con un total de 2.300 habitaciones y 4.234 plazas. De todos ellos, solo tres eran en propiedad.

 

El político dirigió durante dos años la marcha de la hotelera pública aunque siguió vinculada a ella hasta el 4 de junio de 1975 como miembro de su Comisión Permanente. No fue el único papel que desempeñó Suárez en el sector turístico. También fue titular de la Comisión de Turismo del IV Plan de Desarrollo.

 

Entursa fue dividida y privatizada en 1986 por el Gobierno socialista que alegó razones de “interés nacional”. De los doce hoteles que conformaban su portafolio, solo tres se conservaron por su alto valor histórico, artístico y monumental: el Hostal de los Reyes Católicos (Santiago de Compostela), La Muralla (Ceuta) y el Hostal San Marcos (León). Todos ellos pasaron a formar parte de la red de Paradores Nacionales.

 

Los hoteles restantes acabaron dispersados en las cadenas Sol (el hotel Sarriá de Barcelona y el Iberia de Las Palmas), Husa (el hotel Mencey en Tenerife, Alfonso XIII de Sevilla y el Pauler) y NH (hotel Chamartín en Madrid, Victoria Palace de El Escorial y el Reina Victoria de Valencia).


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