Juan José Hidalgo se dirigió al Rey en una de las muchas audiencias a las que en el Palacio de Oriente invitaban a los grandes del turismo cuando visitaban oficialmente España jefes de Estado o primeros ministros, y ni corto ni perezoso le dijo: “Majestad: Pablo (Piñero) y yo sí que tenemos méritos y no estos compañeros; Piñero fue Guardia Civil y yo gañán” (Piñero nunca ha sido Guardia Civil, sino inspector jefe de Policía).
Los presentes a los que Hidalgo se refería en tono nada despectivo eran sus colegas Gabriel Escarrer, Miguel Fluxá y Gonzalo Pascual, entre otros. Hace de ello 18 años y ya le habían regalado a don Juan Carlos el yate Fortuna, conjuntamente con otros empresarios del sector turístico mallorquín. El Rey por aquel entonces alternaba bastante con los dirigentes del turismo español.
El presidente de Globalia y el que lo fuera de Marsans hasta su desaparición y tristemente fallecido llevaron sus diferencias --nunca hubo entendimiento entre ambos-- hasta una audiencia de los monarcas en la Casa Real. Allí en Zarzuela, discreparon a grito pelado en presencia de otros grandes, momentos antes de que fueran recibidos para agradecerles la compra del yate.
Hidalgo se sentía muy próximo al Rey. Ante él nunca se cortó y siempre se comportó con la campechanía que le caracteriza. Cuando se inauguró el Palacio de Congresos de Tenerife Sur, el presidente de Globalia le comentó al rey durante el recorrido por las instalaciones del centro conocido como Magma: “Majestad, aquí no se han gastado dinero en pintura. Porque usted sabe que yo fui pintor de brocha gorda…”.
De los grandes del turismo y aunque en vida Gonzalo Pascual dijera que él era asesor áulico del monarca, por los que don Juan Carlos siempre ha sentido más afecto o al menos más empatía, ha sido por los presidentes de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer, e Iberostar, Miguel Fluxá. Escarrer fue con el editor Serra uno de los impulsores de la adquisición del barco para los Reyes.
Como refleja preferente.com, el Rey se desplazó expresamente a Mallorca para en el Castillo de Bellver entregarle la Medalla de Oro de la Comunidad balear al presidente de Meliá. Nunca jamás don Juan Carlos acudió a un acto similar con otros galardonados, fueran o no altas personalidades del turismo. El Rey ha visitado en varias ocasiones la casa de Escarrer a las afueras de Palma.
En cuanto a Fluxá, el Rey siempre sacaba un rato en verano para cenar con él. Lo hizo en varios lugares de la Isla, siempre acompañado de un amigo común. Las anécdotas del Rey con Fluxá son numerosas. La última, cuando recibió hace un par de años a los miembros del sector turístico y el presidente de Iberostar no acababa de llegar. Fue cuando don Juan Carlos comentó: “Se estará cortando el pelo…”.
Pero esta es una sola de las muchas del monarca y el más glamouroso de los hoteleros españoles. Hubo otras. En la citada inauguración del Magma, don Juan Carlos no reconoció a la hija mayor de Fluxá, tras saludarla, y cuando el presidente Adán Martín le dijo quien era, dio un paso atrás y le preguntó por el estado de salud de su padre, que estaba en Barcelona recuperándose de una hepatitis.
Don Juan Carlos siempre estuvo muy diligente también con el matrimonio Piñero. Con la esposa de éste, Isabel, quien fue presidenta de Fundatur, la fundación creada tras la compra del Fortuna, se deshacía en elogios. En Fitur siempre se paraba en el stand de Bahía Príncipe y Soltour a dialogar con la familia Piñero. Hasta su enfermedad más reciente, el Rey nunca falló a la cita de Fitur.
El mérito que tengo yo es contratar a TCPS durante 12 años, llevarme subvenciones del estado y encima no hacerles un contrato decente en su vida. Soy el KING AHORRO!!!
Está claro que el aceite y el agua, por mucho que se empeñe aquél, nunca se mezclarán. Pues al Rey le pasa lo mismo, solo se junta con más agua.
Y QUE ESPERABAN, DE UN GENIO SE ESPERA UNA GENIALIDAD, PUES UNA PALETADA TIENE QUE VENIR DE UN ........
USTEDES MISMOS
Todo acaba.