Gonzalez Ortea, el conseller de Turismo “carpetovetónico”

El hombre más influyente de Baleares hasta hace cuatro escasos años, el editor Serra, decía que González Ortea, exconsejero de Turismo de Baleares con Jaime Matas, y este firmante eran para él las personas más carpetovetónicas que conocía. Lo de carpetovetónicos no lo esgrimía en sentido literal del término (español a ultranza) ni siquiera de manera despectiva (cavernícola) sino como testarudos, caparrut en mallorquín.

González Ortea, fallecido este miércoles, apenas estuvo tres años al frente de la Consellería de Turismo, pero dejó su impronta. Porque Jose Mari, como lo llamaba el gran editor de Sóller, tenía personalidad (cosa poco habitual en el mundo de la política), contaba con formación académica, no se arredraba ante la oposición y los agentes sociales, y ni siquiera estuvo al dictado del potente lobby de los hoteleros, aunque siempre reconoció su rol en el Sector.

Los escasos contrarios a este asturiano que se expresaba en castellano en el Parlament balear cuando ejercía de portavoz del Govern porque así le salía del alma (estaba casado con una mallorquina que fue alto cargo de Cultura con la UCD, yerno de antropólogo defensor de “lo nostro” y concuñado de cantautor isleño de familia catalanista) lo llamaban despectivamente Ortega Cano. Le traía al pairo este sobrenombre y lo que se dijera de él.

Ortea, orador brillante y con gran cintura, estuvo de paso en Turismo y pudo haber continuado en este puesto de haberlo querido cuando Matas volvió cuatro años más tarde a la presidencia de Baleares. Pero a él lo que le encantaba era el mundo de la ingeniería de caminos, su hábitat natural. En este campo se sentía a gusto y no en un mundo plagado de intereses como es el Turismo. No congenió mucho con los hoteleros pero estos lo recuerdan con cariño.

Javier Mato, quien lo conoció muy de cerca, ha hecho un obituario perfecto en la edición de Baleares de El Mundo, que suscribimos. González Ortea fue un político limpio y muy preparado, nada que ver con lo que pulula hoy en día en su partido… del que se alejó desengañado. Este firmante lo recordará con aprecio a pesar de que no quiso patrocinar el proyecto más ilusionante de su vida: la Gran Enciclopedia del Turismo. Testarudo, pero un señor.