La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no debería limitar el número de cruceros que llegan a la ciudad Condal. Así lo cree al menos el 63% de los lectores de Preferente.com que han participado en la encuesta semanal, cuya pregunta era “¿Está a favor de que se limite el número de cruceros en Barcelona?”.
Por su parte, el 37% de los lectores sí está a favor de establecer un límite, en línea con las intenciones del equipo de gobierno municipal de BComú. La concejala de Ciutat Vella, Gala Pin, manifestó recientemente que “la voluntad es limitar el número de cruceros”, en unas declaraciones recogidas por La Vanguardia.
Barcelona es uno de los puertos referencia en el Mediterráneo. De hecho, la ciudad prevé rebasar este año los dos millones y medio de cruceristas. A pesar de los ingresos que este tipo de turismo reporta a Barcelona, el uso intensivo del espacio público no siempre compensa a la mayor parte de la ciudadanía, según Gala Pin.
"Las limitaciones que establezcamos dependerán de los criterios que se incluyan en el plan estratégico de turismo que estamos preparando. Habrá que adaptar el número de cruceristas a la carga turística que se determine para el conjunto de la ciudad", señaló Pin.
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Estos son los resultados de llevar a radicales incompetentes al poder. Yo me alegraría que llevasen algunas de estas "reformas" tan buenas a cabo, porque el castañazo sería de aúpa y se les vería la gestión como se ha visto en Grecia.
Pues el caso concreto de Barcelona no lo conozco. Pero si conozco muy de cerca el caso de Palma de Mallorca. Y no le falta parte de razón, en varios sentidos posibles:
Escalas de cruceros inferiores a las 10 horas en puerto NO INTERESAN.
Un turista para que realmente gaste y disfrute de la ciudad necesita estar unas horas mínimas, sino no compensa la visita.
Y por otra parte, también es cierto que si llenamos y llenamos de gente, gente y más gente una ciudad, un casco antiguo (donde las calles no se ensanchan por ello, etc.). Una ciudad agradable de visitar se puede convertir en algo que no apetezca visitar, con lo cual el turismo de altísimo poder adquisitivo igual no quiera visitar estos entornos masificados, con lo cual se cambia calidad por cantidad (un eterno debate).
Por lo que esto de los cruceros es algo digno de estudiar.
El tema se inscribe en un marco mucho más amplio sobre el modelo turístico de Barcelona.
Si abordamos el caso concreto de los cruceros, aún dando por bueno el discurso dominante sobre la "bondad" de los cruceros para con la ciudad (habría que ver exactamente para con quién concretamente de esta ciudad) creo que podemos estar de acuerdo en que esta pretendida bondad siempre puede ser mejorable. Ahí vamos pues:
- No se puede regular el flujo, la concentración, la ubicación (no me refiero a trasladarlos al Tibidabo, sino repartirlos entre las distintas terminales de uno y otro lado)?
- No se puede promover la conexión a la red eléctrica de la ciudad durante su escala en nuestra ciudad?
- No se pueden incentivar aquellos barcos menos contaminantes? (recuerdo que, por ejemplo, Costa Cruceros ha empezado a construir dos naves que van a funcionar con biogás)
- No tenemos absolutamente ningún margen como ciudad acogedora? Debemos plegarnos a los intereses de los "lobbies" de turno sin rechistar?
Creo que ha llegado la hora de un debate serio y mucho más en este tipo de medios, en los que pretendidamente somos todas y todos profesionales del sector turístico