Por cada plaza turística que se convierte en residencial, las Islas Canarias pierden 23.300 euros, según publica La Opinión de Tenerife. Sumado a ello, se ha calculado que la reducción de cuatro de estas camas vacacionales supone la desaparición de un puesto de trabajo.
Entre los años 2000 y 2015, Canarias ha perdido 25.980 camas turísticas, el 11% del total, que se han convertido en viviendas. Las cifras, procedentes de Turidata, se recogen en el libro ‘La residencialización de las áreas turísticas de Canarias’, elaborado entre la Universidad de La Laguna y el Colegio Oficial de Arquitectos del archipiélago.
El estudio destaca también que las plazas extrahoteleras han dejado de superar a las hoteleras en Canarias, pasando de suponer el 64% del total hace 16 años a menos de la mitad el año pasado. Lanzarote es la que más apartamentos ha perdido (19%), seguida de Tenerife (14%) y Gran Canaria (14%). Por el contrario, Fuerteventura ha ganado un 8,5% de plazas en esta oferta extrahotelera.
La reducción del número de apartamentos turísticos en las Islas Canarias tiene su origen en la obsolescencia de parte de esta oferta, lo que ha reducido su rentabilidad, así como el déficit en su comercialización y el “desvío” de turistas de los touroperadores en favor de los hoteles de mayor categoría, informa El Día.
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Ya tenemos al "consejo de magos" soltando tonterías. Esas plazas cuando se transforman a propiedades generan IBI + rodaje (circulación de vehículos), así como cuando se comercializan y pasan a ser residentes , les sumamos otros impuestos como el de transmisiones y actos jurídicos documentados. Los cuales son impuestos cobrados por el Gobierno de Canarias.
Sin decir el PIB que generan cuando compran las sillas de IKEA o los ahumados de Casa Juan, el de Kiel.
Todavía, y algunos que, llevan años viviendo del "cheque de la Bestia (Estado)", no saben que el dinero es como la energía: " Ni se crea ni se destruye, cambia de manos".
Y eso en Canarias sabemos mucho, sobre todo cuando cabildos y autonomía juegan a los cromos.
Siempre he dicho que pasa ser un buen profesional al servicio del ciudadano ha de ser del grupo A nivel 28 al 30.