Los atentados en Turquía, Túnez y Francia y las tensiones políticas en Egipto y económicas en Grecia se han traducido en un aumento anual del turismo en España de entre un 30 y un 36% desde 2010. De este modo, ya se cifran en más de un millón los turistas que finalmente optan por viajar anualmente a España en lugar de a uno de los citados países.
Según un reciente informe del Observatorio Económico del BBVA, “llevamos ya cinco años desde el inicio de la Primavera Árabe y la situación sigue siendo complicada, por lo que es de esperar que estas convulsiones tengan cierta permanencia en el tiempo”. En este sentido, Miguel Cardoso, su responsable del Servicio de Estudios, incide en que “las regiones españolas más beneficiadas han sido Las Palmas, con un 68,2% de crecimiento que se explica por las tensiones geopolíticas; seguida de Cádiz, con un 67,8%; y Baleares, con un 63%”.
Desde el BBVA hacen hincapié en que el reto para el futuro será fidelizar a estos turistas “prestados”, algo que podría lograrse “mediante el intento de ganar cuota en mercados no tradicionales como los del Este europeo; la reducción de la estacionalidad para repartir el enorme flujo de turistas que llegan en temporada alta durante todo el año; y continuar mejorando la competitividad de la economía española”.
Los autores del informe han extraído los resultados "tras descontar el impacto en el sector de la notable mejora de la competitividad en España, las tensiones financieras internacionales y la variación del nivel de vida en los países emisores de turistas. También han tenido en cuenta factores como la tendencia positiva del turismo a nivel global y la importante mejora de los índices de seguridad ciudadana en nuestro país durante los últimos años, gracias a la drástica reducción de la tasa de homicidios y al alto el fuego de la banda terrorista ETA".
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