El programa de termalismo del Imserso, suspendido por la pandemia de Covid-19, podría reanudarse una vez que el Gobierno autorice la reapertura de los establecimientos hoteleros. Esta es al menos la intención de la Asociación nacional de Balnearios (ANBAL), cuya junta directiva busca fórmulas que permitan la ejecución presupuestaria del mayor porcentaje posible del programa (Imserso recula: se suspende el programa de termalismo).
Para convencer a las autoridades sanitarias, ANBAL se compromete a incorporar nuevos protocolos que contribuyan a reforzar la seguridad de sus huéspedes. Asimismo, recuerda que los balnearios tienen la condición de centros sanitarios y disponen de equipo médico propio, por lo que están capacitados para albergar en sus instalaciones personas de diferentes edades y con patologías.
Su presidente, Miguel Mirones, remarca que no renunciarán a ejecutar el presupuesto del Imserso. Según advierte, ” la no apertura de los establecimientos” tendría consecuencias “muy negativas para todos los territorios donde nos encontramos ubicados”. Si los balnearios no reanudan su actividad, las poblaciones donde se ubican “se van a enfrentar a graves problemas económicos” por “la inexistencia de otro tipo de alternativas que generen empleo y actividad económica”, alerta.