Ocurrió el 23 de mayo de 2017, hace casi dos años. Javier Hidalgo llevaba pocos meses como CEO de Globalia, y buscó dar un golpe de efecto en su liderazgo y en su autoridad. Y montó una multitudinaria rueda de prensa con el líder europeo más avispado de la aviación, Michael O’Leary, impulsor de Ryanair. Y resultó un éxito mediático.
Apenas hubo periódico o televisión que no dedicara espacio a los dos excéntricos y carismáticos personajes, posando a veces enseñado la lengua, otras dándose un beso, o a veces mirando al cielo. Un espectáculo, con el sello habitual de Ryanair para estos actos, pero infrecuente en Air Europa. En cualquier caso, haciendo las delicias de los reporteros.
Pero hubo una ausencia que no pasó inadvertida para quienes mejor conocen Globalia, y fue la de Pepe Hidalgo. ¿Cómo el patriarca podía perderse un acto donde iba ser la estrella? Los más cándidos decían que era para dar protagonismo a su hijo, pero los mejor informados pensaba que una ausencia así, con lo que le gusta a Pepe ser el centro de todas las miradas, era porque no veía tan clara las bondades de esta alianza.
Y el tiempo, una vez más, ha vuelto a darle la razón. Como muchos auguraron, entre ellos los medios más ecuánimes al informar sobre Globalia, esa alianza podía beneficiar más a Ryanair que a Air Europa, pero en cualquier caso el impacto para ambas era mínimo, pues el acuerdo se limitaba a que mediante la web-ota de Ryanair se vendieran billetes de Air Europa porque el que la aerolínea de los Hidalgo pagaría su correspondiente comisión. Es decir, el pan de cada día entre cualquier empresa turística que negocia con un canal de venta.
Hoy, el que quizás haya sido el acto con más protagonismo empresarial de Javier Hidalgo, y donde más se alabó sus dotes de visionario, ha demostrado no funcionar, por supuesto muy lejos del éxito que algunos le auguraron. El otro gran proyecto con el sello personal del CEO de Globalia, el Melody Maker de Cancún, está siendo un fracaso. Globalia este año pasado firmó el ejercicio con más beneficios de su historia, pero todo el mérito fue de Air Europa, por la eficiencia en costes de los Dreamliner, responsabilidad en exclusiva de Pepe Hidalgo, porque ser un líder es único, y buenos gestores hay muchos.
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Se os olvida un tercer gran proyecto de Javier, el poner al frente de la misma a Serrahima y tercer gran fracaso, no porque fuera un movimiento malo, todo lo contrario, es el único que trajo un mensaje claro y fresco a Globali, pero fracaso porque se tuvo que marchar al ver que no lo iban a dejar llevar a cabo un proyecto, por tanto ese liderazgo de Javier, una vez más quedó en entredicho al ser una apuesta suya
¡Patético! El jovencito (¿?) al que le compraban su primer pantalón largo o que se afeitó por primera vez la pelusa del bigote. Y el jovenzuelo jugó, como toda la vida ha hecho, a ser el heredero.
Pero no nos engañemos. De esto tiene la culpa papá Hidalgo que no le importó lo torcidos que crecieron sus tres arbolitos y ¡claro!, hace años que no hay quien los enderece. Y ello nos dice cómo será el futuro cuando Pepe no habite entre nosotros...
Seguro!! Y por eso van tan mal ux jajaj q ilusos!! Q no cierra!!
Ya salen los palmeros (siempre a sueldo) en defensa de Pocholo, y de paso, en defensa de su futuro. El ja ja ja lo podemos entonar los que observamos como el chico, hace que hace, y dice que va a hacer, pero nada de lo que hace le rinde un solo euro neto a la empresa. Y del aire no se vive. Ni del papel couché. (me pregunto lo que estaría pensando O´Leary cuando veía que su acompañante le seguía las gracias, muecas y payasadas)