Imserso privado (II): el caos de los incompetentes

La alarma entre hoteleros crece. También entre el casi millón de solicitantes al Turismo Social que lleva muchos lustros en vigor y que ahora se pone en peligro ante la ineficacia y la insolvencia técnica de una dirección general dependiente de la ministra María Luisa Carcedo.

La asturiana debería haber cesado ya a su responsable ante tamaña incompetencia. Incompetencia que pone en riesgo miles de puestos de trabajo y, sobre todo, la esperanza de esos 900.000 españoles de escasa capacidad económica que habían hecho planes para pasar unas vacaciones conociendo España.

Esta es o debería ser una sociedad abierta y competitiva, máxime en un sector como el turismo que tras unos años de extraordinaria bonanza y récords empieza a vislumbrar los bigotes oscuros de una nueva crisis. De ahí, que el hueco enorme dejado por el fiasco de una administración pública cuyo organismo (Imserso) consume muchos recursos del contribuyente, haya abierto, por fin, expectativas de levantar sobre aquellas ruinas un nuevo edificio sobre bases sólidas, esto es, competencia, talento, conocimiento y experiencia. Sería el IMSERSO PRIVADO cuya simple idea ha levantado esperanzas.

La Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos(CEHAT), junto con otros lobbys de representación empresarial, ha puesto el grito en el cielo y a pedido al Gobierno que “gobierne”, algo que va de suyo y que es una vergüenza galopante que se tenga que recordar. Luego, solicita, humildemente, que se prorrogue el plan del 2018 como única manera de salvar los muebles en el actual ejercicio. Y, finalmente, y en toda lógica, pide a la ministra Carcedo que mueva ficha y cese a los actuales responsables del Turismo Social. Pero dicen algo más: que se subsanen los errores a toda máquina, que eviten las discrecionalidades a la hora de adjuntar pliegos ganadores y que se vayan definitivamente a su casa.

IMSERSO DE INICIATIVA PROPIA/PRIVADA

Vuelvo a insistir en mi artículo de la semana pasada. Esto se veía venir porque ya en el 2015 ocurrió algo parecido. Lo normal es que el Estado acuda en socorro de necesidades básicas (el turismo en los tiempos modernos es una de ellas) allá donde la iniciativa privada no llega o se produce una falla. Es el mundo al revés.

Aquí lo que falla es el Estado y la empresa privada (¿quién ha dicho que no sea legítimo ganar dinero?) debe concurrir para llenar sus vacíos; además, siempre será más barato para el contribuyente. Desde mi modestia, insisto en hacer un llamado a los emprendedores/empresarios para que pongan en marcha programas destinados específicamente al Turismo Social. Incluso, ampliando el espectro de los jubilados.

Un gran empresario hotelero del sector (AC) cree que la idea es buena, llevada a los confines hispanos del mundo y que básicamente debería montarse en empresarios de corte pequeño/mediano. Me da igual. Lo sustancial es que se ofrezcan alternativas viables. Al final, lo barato resulta caro.

Todo el mundo sabe que el actual ejercicio del Imserso se saldará en el más completo de los fracasos. Imagino lo que estará pensando la ministra que los puso en marcha en los tiempos de Felipe González. La antorcha debe pasar a manos de gentes capacitadas que desde su experiencia y conocimientos arriesguen y ganen. Eso es la dinámica de los tiempos que nos ha tocado vivir. Gato blanco o gato negro, lo mismo da si caza ratones.