Francia tiene mil atractivos. Pero hay uno muy llamativo, situado en el medio del país, que sin embargo ha logrado una cierta popularidad: Futuroscope. Situado en Poitiers, el parque temático reabrió sus puertas ayer para la temporada de 2019, con una lista de innovaciones que pretenden relanzarlo.
En 2019, Futuroscope anuncia que volverá a “reabrir”, con una zona para niños que se llamará Futuropolis. “Vamos a rehacer completamente el área que hoy se llama “el mundo de los niños” para reconstruirla. Es un gran trabajo porque estamos hablando de nueve hectáreas de las 30 que tiene el parque”, dijo Rodolphe Bouin, director general de Futuroscope.
El nombre, igualmente, sea cambiado por el de Futuropolis. Allí aparecerá la ciudad del mañana, especialmente todo aquello que tiene que ver con la ecología. “Habrá cosas para todas las edades, pero especialmente para los niños de cinco y seis años” añadió el director.
El parque invertirá este año 15 millones de euros y se prepara para hacer lo mismo el año que viene. Entre otras novedades, estrena un simulador de caída libre desconocido hasta ahora y abre una zona de 6000 butacas, al aire libre, para espectáculos.
Entre los planes a medio plazo, Futuroscope dice que está planeando construir un segundo parque, un poco más pequeño, pero en los próximos diez años. Los accionistas están actualmente estudiando si dan luz verde a esta ampliación de la actividad.
Entre los problemas que preocupan a la dirección de Futuroscope están las colas, que provocan incomodidades en el público y que quieren suprimir.
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