Esta es la batalla pública por la propiedad del grupo Hong Kong Airlines

Si la pelea que está teniendo lugar en el Consejo de Administración de Hong Kong Airlines tuviera lugar en la cabina de mando de uno de sus aviones, los pasajeros se bajarían inmediatamente porque llegarían a la obvia conclusión de que aquello se va a estrellar. Todo Hong Kong y parte de China observa fascinado el espectáculo que dan los directivos de la compañía aérea.

HNA, uno de los más grandes grupos turísticos chinos, que estaba escondido, finalmente que las disputas internas deben acabar. Las disputas, en todo caso, son absolutamente colosales: un intento de derrocar a la dirección y acusaciones de conductas financieras ilegales, nada menos. Incluso HNA ha salido salpicada, porque ha sido acusada de romper las puertas, acceder a las oficinas centrales de Hong Kong Airlines y de robar documentos para destruirlos. Increíble.

El riesgo, por supuesto, es que la aerolínea acabe cerrada. Porque está mal económicamente y el gobierno podría retirarle el permiso para seguir volando.

El lío empezó este martes. O ese día se destapó, porque como se imaginan, hace tiempo que todo está embrollado. Ese día, Zhong Guosong, un antiguo director de la Hong Kong Airways, dijo que había logrado el control de la compañía en una reunión extraordinaria de la Junta de Accionistas. Según dijo, Guosong se habría alineado con el fondo Frontier Investment y se habría erigido en Presidente de la compañía. Guosong tiene un 27 por ciento de las acciones de la compañía, a través de una sociedad, Hong Kong Airlines Consultation Service (HKACS), que le pertenece.

Por su parte, Frontier Investment tiene otro 34 por ciento del capital, con lo que es verosímil que esto hubiera pasado. EL otro accionista importante es HNA, uno de los principales grupos turísticos chinos, que tiene el 29 por ciento. Pero al día siguietne, Hou Wei, el que era presidente hasta esa Junta de Accionistas, en un documento trasmitido internamente a los trabajadores y directivos, dijo que él seguía al frente de la compañía.

Tres ministerios están observando la compañía, a ver qué solución es necesaria. Y han pedido que no se ponga en riesgo la seguridad de los vuelos, asunto primordial hoy por hoy.

Mientras tanto, Zhong Guosong, que se había proclamado el nuevo presidente, contrató una empresa de relaciones públicas que cada día emite notas en las que acusa a la sociedad matriz de la aerolínea de irregularidades financieras. Pero eso ocurre sin que se sepa quién es el que realmente manda. Porque Frontier, el fondo con cuyos apoyos Zhong Guosong habría llegado a ser nombrado presidente, ha sido vendido y por lo tanto ya no responde a la misma dirección.

Todo esto, naturalmente, no ocurre sin más. Antes, en diciembre, HNA presentó una demanda contra la matriz de la aerolínea, o sea la empresa de la que es copropietaria, exigiéndole la devolución de casi 900 millones de dólares de Hong Kong en deudas.

Para complicarlo todo aún más, Hong Kong Airline tiene una filial, Hong Kong Express, que no tiene la misma composición accionarial de la matriz, sino que allí Zhong Guosong tiene un 48 por ciento, y tiene una densa red de nexos con el grupo HNA. Pero el 52 por ciento de la propiedad, en contra del criterio de Guosong, vendió la aerolínea Express a Cathay Pacific por 5 mil millones de dólares de Hong Kong, de los que menos de la mitad se pagan en dinero porque el resto es para saldar deudas.

El escándalo es mayúsculo, de forma que se teme que todo pueda acabar con el grupo entero caído. Por el momento, los medios de comunicación de Hong Kong tienen delante de sí una historia magnífica, que la gente no llega a creerse del todo. Aunque, en todo caso, los bancos están ojo avizor.