El récord, Fitur y la guerra en CEOE

¡Estamos de enhorabuena! Los 82,6 millones de turistas internacionales que según la ignota ministra del ramo, una tal Reyes Maroto, llegaron a España en el finado 2018 es, posiblemente, la última noticia que ofreciera la miembro del Gobierno antes de que deje el puesto para continuar con su carrera política partidaria.

En cualquier caso, la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero. Lo importante, suponiendo que los datos aportados por Maroto respondan cabalmente a la realidad, es que España ha vuelto a batir otro récord en materia turística y van tres seguidos. Casi ochenta y tres millones de turistas internacionales que llegaron a nuestro país en los doce últimos meses. Es un dígito que sostiene a nuestro país en la “champions” mundial en un sector que nos es tan querido. Es un dato extraordinario para mantener el optimismo y la confianza en el futuro pero que, al mismo tiempo, tiene que situar a los líderes, ejecutivos y empleados que viven de esto con los pies en la tierra.

Ese dato representa también que pese a las administraciones públicas y los errores de los dirigentes políticos el sector está sostenido fundamentalmente por unos actores privados. Lo que se juegan su dinero y su patrimonio. 

LA GUERRA POR EL LIDERAZGO TURÍSTICO EN CEOE.

Desde distintos medios –incluido preferente.com- se viene informando estos días sobre el cambio que el nuevo presidente de CEOE, Antonio Garamendi, bilbaíno al cien por cien con todo lo que eso conlleva, quiere llevar a cabo en el consejo turístico que es el órgano encargado dentro de la gran patronal de establecer la política de los empresarios en relación con el negocio turístico.

El anterior presidente, el catalán Joan Rosell, eligió a otro catalán Joan Gaspart, para presidir el sanedrín a modo de lobby desde el que establecer los principales parámetros con los que opinar y proponer acerca de la estrategia empresarial en la materia que nos ocupa.

Todo el mundo sabe a estas alturas los problemas judiciales que el ex presidente del Fútbol Club Barcelona tiene con la justicia al haber sido acusado de una apropiación indebida de casi 40 millones de euros. El señor Gaspart, en cualquier caso, llegó a ese puesto tan importante por amistad personal con Rosell y Rosell ya no está. Punto. No parece, en cualquier caso, que el hotelero barcelonés haya aportado algo o nada desde la madrileña calle de Diego de León, cuartel general de CEOE.

Tiene toda lógica la intención de los empresarios baleares de poner a uno de los suyos en el sillón de Gaspar. En primer lugar, su candidato (todo parece indicar que es Simón Pedro Barceló) está limpio, tiene un pasado impoluto y exitoso como líder empresarial. Además mucha experiencia como hombre de pensamiento sectorial y dirigiendo lobbies de gran nivel como aquel Consejo de la Competitividad. Barceló es persona modesta y humilde, rara avis en aquellos que consigue algún reconocimiento en su trayectoria, y al que interesa más los hechos que las palabras, aunque no pueda catalogarse “estrictu sensu” de “silente”.

Sería, desde mi punto de vista, un magnífico fichaje para dirigir desde la nueva CEOE –espero que no tan paniaguada como en la etapa Rosell-un área tan fundamental como la de turismo.

Creo que todo esto sucederá en breve. Antes, Madrid, volverá a llamar a rebato en FITUR a los grandes líderes mundiales del sector. Un aquelarre de primer orden, en un momento clave, para otear acerca de cómo baja el agua por unos puentes que han resistido a todas las estaciones.