Solo brotes verdes, pero muy verdes, se vislumbra en el sector turístico, y ello a pesar de la dejadez de la Moncloa, del pasteleo de la CEOE hacia el Gobierno y del manfutismo de las empresas del Ibex.
El moderado optimismo que se percibe en el mundo del turismo respecto a la tibia recuperación no es debido a la gestión del gobierno español sino a las acciones de gobiernos como el del Reino Unido y a la necesidad de ocio y de descanso de los europeos.
La vacunación, esencial para el resurgir de la industria turística, está siendo excesivamente lenta y caótica, y aquí habría que incluir además de a Sánchez, Maroto y Ábalos a los gestores de la Unión Europea. La UE ha estado en este campo a la altura de Moncloa: errática.
Con la suficiencia que le caracteriza, Pedro Sánchez ha anunciado este martes que la población española estará inmunizada en agosto en un 70 por ciento. O sea, cuando el verano esté finalizando. ¿Viajarán los británicos a España en junio y julio? Ni el primer ministro Johnson lo sabe.
La inicua ministra de Turismo, la que dijo también con seriedad y rotundidad que la recuperación comenzaría en Semana Santa, ha dicho este lunes en Segovia que ya estamos a las puertas de la recuperación gracias a “las políticas de vacunación y ayudas del Gobierno”. Tan pancha doña Reyes.
El ministro de Transportes, el de los rescates discutibles —por cierto, ¿se puede rescatar a una empresa turística condenada por malversación al Estado y que encima se fusiona con otro grupo turístico con sobrada liquidez?— ha dicho más de lo mismo. Ábalos es un ministro que ha hecho de la mentira, virtud, y al que en algunos círculos empresariales se le ensalza.
Círculos como la CEOE y varias empresas del Ibex que han estado pasteleando o puestas de perfil a lo largo de la pandemia. La CEOE, pensando en el cortoplacismo y volcada con dos grupos del Sector, como si el resto estuviera tocando las castañuelas. Y el Ibex, ah el Ibex, centrada en sus grandes convenios con el Gobierno central y en nada en la economía de la clase media.
Un Ibex que controla con alpiste a medios supuestamente independientes y que no hacen más que apoyar sutilmente a Sánchez ocultando los méritos de Ayuso.
Brotes verdes, optimismo moderado, recuperación lenta, sí, a Dios gracias, pero un poco de decencia y de humildad y sin hipocresía y sin las lecciones de neutralidad y rigurosidad que nos venden gobiernos de todo tipo, asociaciones, poderes fácticos y medios afines y pesebristas.
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Robert Michels, en su libro "Los partidos políticos", da una justificación para este comportamiento, formulando su ley de hierro:
"Tanto en autocracia como en democracia siempre gobernará una minoría"
Para justificar su ley de hierro, Michels da tres justificaciones:
- Las organizaciones tienden a burocratizarse cada vez más a medida que crecen. Surgen nuevos departamentos especializados, normas y procedimientos de actuación, división de responsabilidades, y al mismo tiempo hay que tomar decisiones cada vez mas complejas. La élite acaba siendo formada por aquéllos que saben lidiar con las formas complejas de toma de decisiones. Por los burócratas.
- Para que una organización sea eficiente, tiene que disminuir la democracia interna. Se prefiere el liderazgo fuerte a la decisión colegiada o asamblearia. De nuevo, aparece el culto a la personalidad del líder.
- Y, por último, dado que la masa suele comportarse de forma apática y borreguil (de borrego), y ser incapaz de resolver sus propios problemas, la propia psicología de masas prefiere el liderazgo y el culto a la personalidad. La masa queda relegada al papel de preferir o elegir (si se lo permiten) a uno u otro líder.
Así, por ejemplo, los grandes partidos, que en sus comienzos son asociaciones de carácter ideológico, y que sirven para canalizar el descontento y las iniciativas de transformación de la sociedad, acaban convirtiéndose en estructuras paraestatales que actúan como cajones de arena para que las iniciativas que pretenden desestabilizar al "establishment" (o "la élite", en palabras de Michels) se agoten antes de poder hacer daño. Es lo que se conoce como "partitocracia".
Eso mismo digo yo, ¿se puede rescatar a Air Europa, empresa condenada reiteradamente por fraude al estado (tarifas reducidas a residentes en Canarias, entre otras)?, cualquiera puede consultar las sentenciaas judiciales que así lo avalan. Pero en Hispanistán vale todo, solo hay que ver el bochorno de la "estratégica" Plus Ultra.