A la espera del parto de Sánchez

Cuando escribo este artículo restan menos de 24 horas para que el Congreso de los Diputados ratifique un nuevo mandato de Pedro Sanchez –será el primero tras unas elecciones– secundado por neocomunistas, independentistas, nacionalistas/supremacistas y hasta el de "Teruel Existe", este último a cambio de casi medio millón de euros para su empresa.

Así está la política nacional. No me quejo, simplemente la describo. Al fin y a la postre es la fórmula que escogieron los españoles para afrontar su futuro. Y cada uno se ahorca con la soga que quiere.

Bien. Lo que interesa, sobre todo, lo que importa a los intereses generales de España y sus ciudadanos es que el Turismo continúe siendo el motor de nuestra economía y crecimiento. Ignoro si los nuevos responsables gubernamentales tienen cabal conciencia de lo que ello significa; tampoco son bobos de baba. Pero es un hecho cierto que si el próximo poder ejecutivo se sustancia en las líneas publicadas en la prensa, habrá un nuevo horizonte en todos los planos...vamos, es de suponer.

Tanto en lo que se refiere a la fiscalidad, el medio ambiente, la concepción de la función del empresariado en una sociedad abierta y moderna. Estos días he oído hablar a grandes emprendedores del turismo en España acerca de que les importa bastante poco lo que el nuevo gobierno Sánchez haga o deje de hacer en materia turística. Argumentan con razones de que la mayor parte de sus intereses están ubicados en territorios donde la larga mano de la izquierda española no llega. Sinceramente, me parece un pésimo argumento. Entre otras cosas, porque sólo los grandes tienen internacionalizados sus grupos empresariales; los pequeños siguen aquí y sin posibilidad alguna de "huir".

Este periódico está preguntando a sus lectores acerca de si consideran positivo que la responsabilidad turística gubernamental vaya a caer en manos de un dirigente de UP/Partido Comunista. Hasta el momento, la respuesta brutalmente mayoritaria es NO. Quizá pudiéramos llevarnos un chasco ó una sorpresa porque esa gente es muy dada a las sorpresas. Allá donde sus conmilitones han gobernado –Cuba, Nicaragua, Bolivia, Argentina, etc...–siempre han llamado a la iniciativa privada...Ya sabemos a cambio de qué.

Lo sustancial que yo pediría, si tuviera algún interés empresarial o de negocio –que no tengo– es que, a ser posible (no lo será), eviten aplastar al emprendedor con más rigideces burocráticas y que liberen al que se juega su vida y su hacienda en estos menesteres de esa orgía desenfrenadas que llaman regulación. Que dejen trabajar, dentro de la ley, a los que sí han recibido la llamada del emprendimiento.

Alguien me dirá que he perdido el sentido de la realidad. Puede ser. Pero lo que definitivamente no quiero perder es la esperanza. Esta última es el sueño del hombre despierto.