South African reduce sus rutas drásticamente para sobrevivir

Ahogada en deudas, con pérdidas en los últimos quince años, con exceso de empleados, infestada por la corrupción, South African Airways ha decidido aplicar un serio recorte en sus rutas para intentar evitar la bancarrota, después de que el mes pasado el Banco de Desarrollo de Sudáfrica le prestara 240 millones de dólares.

Obviamente, el banco es propiedad del estado y las posibilidades de que recupere el dinero son mínimas según los expertos. Los vuelos que se suprimen son los siguientes, desde Johanesburgo: Abidjan, en Nigeria; Entebbe en Uganda; Guangzhou en China; Hong Kong y Luanda, en Angola. Desde el 29 de febrero dejará de volar a Munich, en Alemania; Sao Paulo, en Brasil y a Ndola, Zambia.

La reducción de servicios, sin embargo, no va acompañada por una reducción de plantilla, de la que la compañía ya estaba desbordada antes de estas supresiones de rutas. Sin embargo, la altísima sindicalización y politización convertirían en dificultosa una política de despidos. 

Además de estas supresiones de vuelos, South African Airways va a reducir pero no eliminar las conexiones entre Ciudad del Cabo y Johanesburgo, la primera línea interior del país, en la que hay una competencia notable. SAA tiene una filial, Mango, que es de bajo coste y cuyos vuelos no se verán afectados. Esta cubre Durban, East London y Port Elizabeth. 

Los vuelos a Frankfurt, Heathrow, Nueva York, Perth o Washington en el extranjero y a Blantyre, Dar es Salaam, Harare, Kinshasa, Lagos, Lilongwe, Lusaka, Maputo, Mauritius, Nairobi, Victoria Falls, Livingston y Windhoek en Africa, se mantienen.