Unos 5.000 esquiadores tenían reservados sus vuelos con Powdair, una aerolínea suiza que iba a empezar a volar en estas fechas. Pero, la empresa ha admitido que se ha quedado sin quien ponía el dinero y que, por ese motivo, tenía problemas para despegar. Inicialmente, los vuelos debían de haber empezado en diciembre.
Powdair iba a empezar a volar desde seis diferentes aeropuertos británicos a Sion, en Suiza. Pero a finales de noviembre se marchó su inversor, por lo que pidió fondos adicionales.
En la nota indica que una de las opciones es posponer el lanzamiento de la compañía y conseguir fondos adicionales de otros inversores. “En estos momentos –dice la compañía– la única posibilidad de volar este invierno es la propiedad comunal, de muchos pequeños inversores”. Powdair necesita tres millones de euros adicionales, de los cuales un millón deben de estar en unos días. Esto permitiría operar de forma reducida, pero real.
La compañía ha dicho que reembolsará los billetes a quienes compraron pasajes con ellos.
En estos días, la compañía dijo que había encontrado un inversor, pero que este exige llevar a cabo una due diligence –básicamente una auditoría–, por lo que las operaciones están retrasadas a enero.
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