Malestar aéreo con el afán de Fomento de ‘chupar cámara’

Las aerolíneas están cada vez más molestas con Fomento por la gestión que ha hecho de la crisis operativa de Vueling de hace unos días. El colmo, según fuentes de las principales compañías aéreas del país, ha sido la reunión convocada este lunes, y no tanto por la cita, sino por la gran publicidad que se le ha dado.

Las aerolíneas españolas consideran que era innecesario dar ese bombo a la reunión, y creen que lo que buscan los políticos es ‘chupar cámara’ y presentarse como salvadores de una situación en la que poco pueden hacer, y en la que poco han aportado. Se ven actitudes más populistas que meramente eficaces.

En este sentido, han causado gran malestar las declaraciones en las que se decía que Vueling podía perder su licencia. Algo tremendamente improbable, y que solo ha magnificado la prensa más perdida y sensacionalista. Fomento no ha ayudado con estas imprudentes amenazas a apaciguar la situación, sino a dilatar su arreglo.

En círculos directivos de la industria se considera que el caos se ha inflado mediáticamente ante la ausencia de noticias en julio el pasado fin de semana. Sin ese gran eco en la prensa, se cree que las autoridades —también la Generalitat queriéndose apuntar un tanto—, han intentado sacar tajada aunque ello fuera a costa de empeorar la imagen del Sector.

Vueling viene teniendo problemas operativos en los últimos veranos. Este año se han acentuado con la huelga de controladores en Francia. Desde la aerolínea no se supo transmitir el hecho de que si este verano el caos ha sido mayor, se debe principalmente por ese motivo. 

Con este caldo de cultivo, algunos sindicatos han visto su oportunidad, y los pilotos de otra gran aerolínea han convocado una nueva huelga en los meses estivales. El ministerio con las competencias de Transporte no ha sabido medir las implicaciones que pueden tener su alarmismo, dando fuerza a colectivos clave en el funcionamiento de las compañías aéreas.

Fomento envió la pasada semana comunicados de prensa a las distintas redacciones de los periódicos para dar publicidad a la reunión que tendrá lugar este lunes a las 16 horas, donde están convocadas todas las compañías aéreas que operan en España, entre ellas Iberia y Vueling, Air Europa, Evelop, Iberia Express, Air Nostrum, y Binter Canarias, así como las asociaciones ACETA y AECA. Algunos primeros directivos de aerolíneas, según ha sabido preferente.com, es probable que no acudan, y envíen a lugartenientes a representarles. 

Causa sorpresa en el sector que este desatino estructural en Fomento no solo persista sino que se acentúe con una ministra que parece seria y rigurosa como Ana Pastor. Con otro político como José Manuel Soria había menos extrañeza cuando llegó a avergonzar a la industria inventándose rutas de British e Iberia con tal de atacar a IAG desde una demostrada y preocupante ignorancia (Iberia deja en evidencia a Soria y publicita a Air Europa).

Fomento y el Gobierno vienen encadenando unas políticas desastrosas para la aviación nacional. Las trabas para conceder licencias superan el mínimo comprensible de inspección de seguridad, a la par que atizan a las compañías aéreas, con amenazas de multas y de meterse en su operativa, como sugiriendo cancelar vuelos, cuando nadie mejor que las propias aerolíneas para saber lo que se debe hacer ni más interesadas en que se haga bien (Las dos caras de Fomento: expedienta a Vueling mientras le posterga los permisos).

La política aérea gubernamental, o su falta total de visión y estrategia, ha llevado a que de las siete mayores aerolíneas en España, solo una tenga capital nacional, y por cierto, hoy abiertamente a la venta y en negociaciones con unos chinos. En ese proceso de los últimos años, entre tanto, se inauguraron aeropuertos hoy fantasmas, o algunos monumentales, con deudas desproporcionadas y techos altos con un por ejemplo enorme coste de mantenimiento en aire acondicionado, lo que obligó a subir las tasas aeroportuarias y castigó a las compañías del país.

Y mientras este lunes el foco las autoridades intentarán poner el foco en un caos operativo de dos días, se deja de lado el gran asunto de trascendencia en el sector aéreo, como es el posible cierre de una pista en Barajas por una denuncia por ruido de vecinos que viven en la zona. Ello sí sería nefasto para los intereses generales del país, y sería responsabilidad directa de los políticos, que nuevamente afligirían así un importante golpe a una de las industrias a la que más desprecian.