Los pilotos del vuelo CZ3101 de China Southern que cubría la ruta entre Guangzhou y Pekín consiguieron aterrizar la aeronave después de que el cristal delantero y el morro del Airbus A380 fuese destrozado por una tormenta de granizo en pleno vuelo.
La fuerte granizada resquebrajó el parabrisas del avión dificultando la visibilidad de los pilotos, informa Asia Times. La tormenta también provocó destrozos en el morro del A380 y dañó un radar. El comandante envió una señal de emergencia al control en tierra pero consiguió estabilizar el aparato y aterrizar sin que ninguno de los 300 pasajeros a bordo resultase herido.
Pese a lo aparatoso de las imágenes sobre los daños sufridos, en ningún momento se corrió peligro puesto que la parte resquebrajada era la pantalla exterior, según ha explicado un experto en aviación civil. Asimismo, ha agregado que los componentes dañados del radar y la nariz pueden ser fácilmente sustituidos.
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