El Boeing 777 de la compañía Asiana Airlines que el sábado se estrelló en el aeropuerto de San Francisco causando la muerte de dos pasajeras y heridas a otros 181 volaba a una velocidad inferior a la requerida para llevar a cabo un aterrizaje seguro.
Así, según ha desvelado la Junta Nacional de Seguridad del Transporte de EEUU (NTSB) el aparato se desplazaba a 103 nudos cuando debía hacerlo a 137. El 777 siguió desacelerando hasta ocho segundos antes de tocar tierra y fue entonces cuando los pilotos se dieron cuenta de que era necesario acelerar pero ya nada pudieron hacer.
Las autoridades encargadas de investigar el suceso deben descubrir también qué decisiones se tomaron en la cabina del avión, puesto que el piloto que manejaba la aeronave contaba con gran experiencia en otras aeronaves pero poca en este Boeing por lo que se supone que sus compañeros debían revisar sus acciones.
Compañías de seguros, quería decir.