Expertos niegan que España discrimine a los turistas británicos

La prensa británica quita hierro a la medida impuesta por el Gobierno para los turistas británicos. La pasada semana salió a la luz que España va a exigir que en las fronteras demuestren que disponen de unos 100 euros por día para gastar, so pena de rechazarles el ingreso. Asimismo, deberán mostrar el billete de regreso y una factura o una reserva de hotel válida. (Enfado en Inglaterra por el bloqueo español al turista)

Ello desató una oleada de indignación entre la prensa y los ciudadanos ingleses, criticando que van en contra del turismo, ya que son innecesarias y, además, no las aplica ni siquiera Estados Unidos o Japón. Tal era la preocupación, que agentes y operadores previeron que, si esto no se corrige, habrá un serio impacto en el volumen de turistas.

Pero nada más lejos de la realidad, un experto en viajes del medio británico The Telegraph considera que todo ello es culpa de Brexit. “Ahora que ya no estamos en la UE, simplemente hemos vuelto a las mismas normas de inmigración para los visitantes de países no comunitarios”, explica.

En este sentido, desmiente alguna de las afirmaciones de sus homólogos, señalando que “tenemos requisitos similares” en otros países. Por ejemplo, para visitar EE.UU. hay que tener un billete de vuelta o de continuación que demuestre que se va a salir del país durante el periodo de 90 días. Además, debe demostrar que dispone de fondos suficientes “para cubrir el viaje, el alojamiento, el ocio, las comidas, etc.” durante su estancia.

De igual manera, afirma que la revisión de todos estos documentos no se lleva a la práctica. “No creo que estas normas se hayan elaborado con la idea de aplicarlas a todos los turistas”. A su juicio, “están ahí como respaldo para los funcionarios de inmigración que tienen preocupaciones específicas sobre un individuo”.

“Reconozco que la primera vez que viajé a Europa después de nuestra ruptura con la UE me preparé para los problemas”. “Repasé meticulosamente todos los nuevos requisitos para visitar Francia”, pero luego “intenté mostrarlos en el puesto fronterizo y el funcionario se limitó a rechazarlos y a sellar mi pasaporte. Observé cómo otros pasajeros recibían el mismo trato”, sentencia.