El fundador, derrotado en el culebrón de Easyjet

 La historia viene de lejos: Stelios Haji-Ioannou fundó Easyjet. Su proyecto fue un éxito indiscutible. Un día dijo que prefería dedicarse a explotar la marca Easy y vendió acciones en la aerolínea, perdiendo la mayoría, pero no su presencia. Mientras, se dedica a Easyhotels, a Easycinema, Easycars y mil otras compañías en las que, por cierto, no es que le vaya demasiado bien.

Desde el día en que abandonó la dirección, empezó a criticar a la dirección. A la anterior directora general, Caroline McCall, la amargó. En cada junta de accionistas, allí está el fundador diciendo que Easyjet, su niña bonita, se hunde. E Easyjet nunca ha ido mejor. De manera que ya nadie le escucha.

Esta vez, en cambio, aunque Stelios tiene ya mala fama, había motivos para escucharlo porque la compañía mantiene un programa de ampliación de flota mientras se produce la tremenda crisis del coronavirus. Desde hace unos meses, no para de acusar a la dirección, ahora en manos de Johan Lundgren, de llevar la compañía a la ruina. 

Este viernes, finalmente, se iba a desvelar si tenía apoyos o no. Porque este viernes hubo junta de accionistas. Pues bien: el 99 por ciento de los accionistas, excluido Stelios, apoyan a la dirección, por lo que Stelios ha hecho el ridículo y la orden de casi 5.000 millones de euros por 107 nuevos aviones Airbus se mantiene.

Todo el mundo estuvo en contra de echar a John Barton, el presidente del Consejo de Administración; en contra de quitar a Johan Lundgren, el director general; en contra de cambiar a Andrew Findlay, el director financiero y, en definitiva, también a Andreas Bierwirth, el director no-ejecutivo, independiente.

El presidente, John Barton, dijo que “en nombre del Consejo de Administración, quiero agradecer a los accionistas su apoyo. Tenemos delante desafíos sin precedentes –en referencia al coronavirus, no a Stelios, que es el verdadero problema de Easyjet-- y tenemos que superar este periodo”. 

Stelios no es la primera vez que hace estos papelones, pero a él le da igual. Al menos no ha hecho declaraciones.