Cuando los tripulantes de Air Europa convergen o difieren de Hidalgo (I)

Teniéndola en buena consideración -nadie puede cuestionar que es una de las mejores aerolíneas del continente- y amándola como si de una empresa de ellos se tratara, los tripulantes de Air Europa suelen divergir en muchas ocasiones del “modus operandi” del dueño.

La mayoría de ellos no desdeñan su labor, su esfuerzo por sacarla adelante y por situarla entre las mejores compañías. Hidalgo es un empresario atípico, con o sin flor en el trasero, como dice Jaime Amador, o con o sin “baraka”, como sostiene Miguel Mesquida.

Pero lo cierto es que la aerolínea ha creado marca en el mundo de la aviación y hoy por hoy es la joya de todas sus empresas, quién lo iba a decir cuando en 2008 se debatía entre la continuidad y el cierre (venta frustrada a Air France). Sus resultados sustentan a las demás.

La tripulación de la aerolínea ha sido fundamental en la consolidación de la compañía, como lo ha sido el equipo de tierra y el “staff” ejecutivo, en especial el director comercial, Richard Clark, como aquí se ha reflejado en diferentes ocasiones. Clark es  un “crack”.

A todos ellos les ha echado una buena manita la catastrófica gestión de la Generalitat y cuatro empresarios iluminados de Cataluña, por un lado, (cierre de Spanair) y la nefasta labor del anterior equipo de Iberia, (Sánchez Lozano sobre todo), por otro. Y sin duda, el empuje del patrón.

Los tripulantes de la aerolínea, que como todas las tripulaciones son claves en la buena marcha de una empresa de estas características, van por un lado y el presidente por otro. Sobre todo con un empresario de la singularidad de Juan José Hidalgo, a quien la mayoría de los pilotos le produce sarpullidos.

Dos casos recientes ilustran esta falta de convergencia entre tripulantes y presidente. Y los dos han tenido como protagonista a preferente.com, por puro azar. El más reciente acaeció en La Habana el 16 de este mes y el otro sucedió durante un vuelo a Santo Domingo el 13 de julio.

Ocupémonos hoy del primero. El 16 de septiembre coinciden en uno de los 6 ascensores del Meliá Cohiba el veterano piloto Pedro Vidal y el periodista. El elevador va camino del “hall” (allí “lobby”) y en la planta 14 entra Vidal con este firmante. El periodista le da las buenas noches.

Son las 20.30 horas y Vidal no reconoce al periodista. Cuando le da su nombre y apellido responde que se alegra de verlo, que lo ve cambiado, mejor, etc. Los dos hablan de la época en la que coincidieron en la empresa, antes de que la comprara Hidalgo. La conversación sigue en el “lobby”.

Pero ambos tienen prisa y se despiden cálidamente deseándose lo mejor: al comandante lo espera la tripulación para ir a cenar y al periodista su hermano afincado en La Habana e íntimo de un montón de presentes y pasados pilotos de la aerolínea de los Hidalgo and family.

Pedro Vidal, de 54 años y más de un cuarto de siglo pilotando aviones de Air Europa, aparece más tarde en la barra del bar que da al malecón, cuartel general del hermano del periodista. Vidal, Perico para los amigos, le dice al periodista que sería un placer para la tripulación y para él que cenaran con ellos.

El periodista le responde que no puede, que el placer es suyo, que le encantaría compartir con los tripulantes de Air Europa después de una experiencia agradable vivida con colegas suyos dos meses atrás. Pero que le resulta imposible cancelar una cena prevista en el Parque Central.

El hermano del periodista y éste le recomiendan que vayan a cenar al restaurante Star Bien, el mejor paladar de La Habana (Fluxá y sus hijas cenaron la noche anterior). Incluso llaman al dueño, gran profesional e hijo de una alta autoridad, y le hacen la reserva. Los tripulantes de Air Europa cenando con preferente.com…

(Continuará)