La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) ha aplazado un año más la entrada en vigor del punto 205(e) de la normativa europea sobre limitaciones de tiempos de vuelo, actividad y descanso para tripulaciones (TFL), con el objetivo de proporcionar más tiempo a las compañías para adaptarse a las nuevas reglas, que comenzarán a aplicarse, finalmente, a partir del 17 de febrero de 2017. Cabe recordar que la nueva normativa entró en vigor el 31 de enero de 2014 y debía comenzar a aplicarse a partir del 18 de febrero de 2016.
Concretamente, el punto que retrasan mediante la resolución publicada en el BOE el pasado 5 de febrero, es el que especifica las condiciones y limitaciones en caso de descanso en vuelo, como los requisitos que deben tener los lugares de descanso en el avión o las extensiones en periodo de actividad.
Según ha explicado AESA, España se suma así a Alemania, Suiza, Dinamarca, Holanda, Islandia y Rumanía, que también se han acogido a la moratoria contemplada en el articulo 2 del Reglamento (UE) 83/2014 (que modifica el 965/2012). “Este aplazamiento responde a las peticiones de numerosos operadores aéreos con el objetivo de disponer del tiempo necesario para hacer las adaptaciones correspondientes en sus organizaciones, una vez que el cumplimiento de dicho punto requiere hacer modificaciones en las aeronaves que operan, en las metodologías de programación de tripulaciones, e incluso en las rutas operadas”. AESA considera que la “complejidad y relevancia” de estos cambios requieren “un tiempo adicional”.
Ahora las aerolíneas que no cumplirán con esos requisitos deben presentar, antes del 18 de marzo, un programa en el que se especifiquen las actuaciones que llevarán a cabo para cumplir con el punto 205(e) y el calendario de implementación “ya sean en forma de modificaciones en las aeronaves, cambios en la metodología de planificación de tripulaciones, cambios de ruta, u otros”.
Por su parte, en declaraciones a este digital, el Sepla ha mostrado su malestar ante este retraso en la aplicación de una normativa que entró en vigor en 2014, ya que considera “inapropiado que las compañías hayan tenido dos años para adaptarse y realizar las modificaciones oportunas y no lo hayan hecho”.
El resto de la nueva normativa europea contemplada en el Reglamento (UE) 83/2014 se aplicará con normalidad a las operaciones de transporte aéreo comercial con aviones en vuelos regulares o con aeronaves de más de diecinueve pasajeros.
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En EEUU hace ya años que su autoridad aeronáutica, la FAA, tomó medidas para reducir las posibilidades de que se produzcan accidentes por factores humanos, ya sea fatiga como el Colganair de Buffalo, accidentes provocados por falta de experiencia del piloto a los mandos, aumentando el mínimo de horas para poder ejercer con pasajeros a 1.500 (en Europa seguimos exigiendo sólo 140), además de promover una cultura en la que son las propias compañías las que compiten por adquirir a los pilotos con mayor formación, cualificaciones y experiencia.
Pero, claro, contratar buenos profesionales y mantenerlos formados, entrenados, descansados y motivados cuesta dinero...
AESA es la sucursal Europea de la CEOE.
Perpleja se quedaría la opinión pública si supiese que esa nueva normativa, tan restrictiva contempla jornadas laborales de 13 horas a las que se puede añadir una extensión de otras dos. Entiendo que se realicen vuelos de dicha duración, ya que no se va a realizar una escala para cambiar a la tripulación, pero que después de 10 horas trabajando aterrices y te permitan volver a despegar por qué aún te quedan tres horas de actividad me parece una verdadera tomadura de pelo hacia unos clientes a los que se trata de vender la idea de que la seguridad es lo primero. Me gustaría saber qué criterios se ha seguido para decidir las nuevas limitaciones de tiempos de vuelo.
Simplemente vergonzoso.
Es una muestra mas de cuales son los intereses que protegen los burócratas europeos de sueldo tributado por los ciudadanos.
¿Dos años y no se han adaptado a la norma que protege la seguridad de los pasajeros? Creo que no es eso. Es otra cosa.
Han pasado dos años y se han encontrado con que los pilotos que necesitarían contratar para cumplir con la ley simplemente no existen y/o los que hay no quieren volar con estos sueldos y condiciones.
Pues se siente. Están forzando el mercado a costa de la seguridad de sus clientes, unos y votantes, otros.
Lo malo es que no les salen las cuentas ni con las ridículas 140 horas que cita el anterior y están reduciendo la profesión a nivel de operario de olivetti de las antiguas para rellenar muchos papeles pero sin saber lo que dicen y así tener una cabeza de turco siempre a mano.
Burócrata = político = sinvergüenza.
No hay más que decir, es así de simple.
Mientras en España las compañías ven la nueva normativa perjudicial por ser más restrictiva, las compañías en UK se frotan las manos. La normativa de la CAA, mucho más restrictiva por que se basó en estudios científicos sobre la fatiga, ya es pasado. Cómo progresamos !
Es de vergüenza... ¿ Pero por qué no me sorprende?...Y por cierto ... ¿ Qué tiene que decir a todo ésto el " ilustre " Colegio de Pilotos , que nadie sabe para qué sirve? Pues eso , de verguenza .... Vendidos o comprados todos...
Pero no es fácil pelear contra políticos, empresarios, jueces, opinión pública manejada y algún que otro grupo de pilotos que pasan olímpicamente de directrices sindicales o colegiales.
Algún "piloto" de esos que vociferan demandando efectividad a COPAC y SEPLA, no dudó en enrolarse en la Express tirando la profesión a los pies de los caballos desoyendo instrucciones en contrario de las agrupaciones profesionales de pilotos nacionales e internacionales. Se les advirtió de que su acción resultaría en la degradación de las condiciones de trabajo del resto de los pilotos de España y de las suyas propias y ellos pasaron. ¿Qué más puede hacer un sindicato profesional o un colegio con poder muy limitado?
Alguno de esos, incluso se queja ahora de sus condiciones laborales en la Express y otros despotrican de las que se han encontrado en Iberia por culpa de su traición, no por culpa del sindicato ni del colegio.
No defiendo al COPAC, que me parece poco útil, pero los auténticos enemigos de la profesión son otros, la mayoría de fuera y algunos de dentro.
Si es cierto que la fatiga, puede llevar a errores producidos por falta de atención, no es menos cierto que la falta de experiencia también pone en peligro la seguiridad de la operación.
No obstante, muchos sabemos que a pesar del cansancio nos hemos visto obligados en muchas ocasiones a seguir trabajando para terminar el dia.
No es agradable seguir en ciertas condiciones, pero tampoco hay que olvidar que una empresa no es una ONG y que entre todo su personal hay que hacer que sea rentable ya que es nuestro pan y no por ello tenemos que ir en contra de la mano que te da de comer.
Le recuerdo que estamos hablando de empresas de aviación que transportan vidas humanas, no de estar delante de un ordenador en un despacho, o estampando sellos en un mostrador donde la fatiga puede ser, de alguna manera, asumible y bien llevada. La fatiga no es asumible bajo ningún concepto, ya no sólo en aviación, sino en cualquier profesión en la que se gestione con la integridad de personas, y por eso se debería legislar para evitar en lo posible que el cansancio extremo haga acto de presencia durante el desarrollo de estas profesiones, y no en favor de los lobbies neoconservadores y de las puertas giratorias con esos engendros de normativas que nos presentan.
Ultimamente, parece que se ha olvidado que la aviación es algo muy caro por definición. Y la seguridad hay que pagarla, y no por ello una empresa debería no ser rentable; exigir seguridad por parte de los garantes de ella no es ir "en contra de la mano que te da de comer", sino todo lo contrario; cuantas compañías han tenido que cerrar despues de accidentes o incidentes graves..
También se legisla sin tener en cuenta más que unos mínimos cosméticos en cuanto a seguridad aérea por parte de países gobernados por ideologías teóricamente "progresistas" dentro de Europa.
El político profesional europeo en general, y español en particular, en cuanto accede a un puesto en el que cobra y desde el que puede catapultarse a otro que le garantice ingresos suculentos en el futuro, aparca su ideología y pasa a servir al dueño del dinero.
Triste, pero real.