A propósito de Javier Hidalgo

He oído y leído algunos comentarios acerca de la habilidad de Javier Hidalgo, el nuevo patrón de Globalia, para verlas venir y subirse a la cresta de la ola antes de que el viento lo deje en la dulce playa.

Y sacar partido, naturalmente. Sinceramente, a mí no me sorprende en absoluto. Lo que ocurre con el CEO, que ha tenido la suerte de tener un padre stajanovista y con una pituitaria de cañón, es algo que históricamente ha tenido lugar en nuestro país: calificar o encuadrar en categorías a las personas por la apariencia y las formas.

Durante años, cuando Javier Hidalgo se había convertido en carne de la prensa del papel couché, oi comentarios entre los colegas opiniones peyorativas hacia el "hereu" de Juan José Hidalgo...¡Qué si esos pelos! ¡Qué si esas fiestas! ¡Qué si esas compañías! Cierto es que el derecho a la evolución no se le puede negar a nadie. Es uno de los derechos fundamentales de la condición humana. Javier Hidalgo, lógico, ha madurado con la edad y el paso de los años y la experiencia le han concluido como un ejecutivo de altos vuelos que se juega su dinero en una persona que todo el mundo quiere, ahora, sentar a su mesa.

Del ancestro ha heredado, sin duda, la intuición para saber por dónde se vehiculan las aguas. Apostó comprando acciones de su propia empresa a Unicaja y Santander y es el segundo gran "pelotazo" que ha pegado en su vida...A la espera del siguiente. Algunos creyeron que por el hecho de llevar melena y barba desaliñada eran incapaz de distinguir el grano de la paja. Se equivocaban. En efecto, es un negociador habilísimo, que juega hasta el final y, por ahora, gana. Lo hizo con Pepephone, la compañía en la que su padre no creía, y resultó que en beneficio el negocio convencional familiar necesitaba muchos años para coger la cantidad de lucro que sustanció con la venta de la operadora telefónica.

Ahora ha vuelto hacer lo mismo con la venta de Air Europa a IAG. Su apuesta por fundir las agencias de Halcón Viajes con Ävoris es otro requiebro maestro. Hidalgo es natural de Salamanca pero conocer como se vehícula el mundo, especialmente el mundo de los negocios a gran escala. Esta es la verdad.

Aquel mantra de los "business" USA, "small is beatiful" -lo pequeño es bello-pasó a mejor vida y el hijo de Pepe lo está llevando a la cotidiano, al negocio del día al día.
Tengo para mi que siempre los comentarios periodísticos, los muchos y variados dimes/diretes que sobre Javi Hidalgo se vehiculan por las altas esferas financiero/económicas le importan tanto como una higa. Quizá sea ese factor una de las claves del éxito. Digo quizá!

De todos los "hereus" de las grandes fortunas que hay actualmente en España, Javier se haya constituido en el referente principal. La forja durante décadas de su padre le hayan convertido en un "tiburón" de dientes mellados pero que, al final, la determinación y la persistencia tiene su aquel.