Llega Turo, el Airbnb de los coches

¿Tiene un piso? Airbnb es el intermediario adecuado para alquilarlo a turistas. ¿Tiene un coche? Turo es el Airbnb que le permite lo mismo, colocarlo a un viajero que lo necesite y ganar un dinero adicional. Economía colaborativa simple, aplicada a todo.

Da lo mismo para qué quiere el coche, Turo es una aplicación –y una empresa—que se encarga de comercializar coches de otros. Una típica empresa colaborativa, idéntica a Airbnb, pero con los coches. Otro dolor de cabeza para las autoridades fiscales de los países, que tendrán muchas dificultades para perseguir y gravar fiscalmente este tipo de negocios.

Turo, como es habitual, nació en Estados Unidos, donde ya opera de costa a cosa. Inicialmente está siendo una empresa que pone en contacto a aquellos que no usan un coche. Pero ya verán que, como pasa con Airbnb, será una forma de crear competidores para los rent-a-car, sin el problema de tener que tener oficinas costosas en los aeropuertos y encargándose Turo de todo el papeleo.

Los precios hoy en Estados Unidos no son una ganga, pero son inferiores en un 30 o 40 por ciento a los de cualquier rent-a-car de los conocidos. Quienes han usado estos servicios, indican que lo más interesante no está en la gama baja sino en los productos sofisticados, en los coches de lujo, donde hay muchas diferencias en los precios. Un Ferrari F430, por ejemplo, cuesta menos de 500 dólares al día; un Tesla X cuesta 299, aunque hay que pagar otros 100 dólares por el seguro.

La relación con el cliente es tan fácil como Airbnb. Turo dispone ahora de 350 mil coches, que es una barbaridad para empezar. 

Como siempre, la devolución del coche es el problema: hay que entregarlo al propietario con el mismo combustible que se recibió y hay que repasarlo. La ventaja es que el coche se puede entregar en muchos lugares, incluso en el aeropuerto.