Japón ha impuesto a partir de esta semana una nueva tasa fiscal a cada pasajero que salga del país por avión o por barco, con el objetivo de financiar iniciativas para asistir a los turistas, según informó el Gobierno de Tokio.
La tasa será de 1.000 yenes (8,07 euros/9,21 dólares) va a aplicarse en los billetes de avión y de barco, y afectará tanto a japoneses como a extranjeros mayores de 2 años o a quienes puedan estar en tránsito con estancias que excedan las 24 horas.
Con este impuesto, el primero que se introduce en el país en 27 años, el Gobierno nipón espera recaudar durante este año unos 50.000 millones de yenes (404 millones de euros). El dinero que se ingrese con esta nueva tasa se destinará a un sistema de reconocimiento facial en los aeropuertos para agilizar los trámites migratorios.
El año pasado Japón recibió más de 30 millones de turistas, un nivel récord. Se espera que se alcancen los 40 millones el año próximo en el momento que Tokio se convierta en la sede de los Juegos Olímpicos de 2020.
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