El ingeniero británico que contó a las autoridades que los cruceros de Princess contaminaban el mar haciendo vertidos ilegales, recibió un premio de las autoridades de Estados Unidos, de 1 millón de dólares, la cuadragésima parte de los 40 millones de sanción que le impusieron a la naviera, propiedad de Carnival, uno de los líderes mundiales en el sector.
La sanción fue aplicada esta semana por Patricia Seitz, la juez de distrito de Miami, tras la acetpación por parte de la compañía de haber contaminado el mar y de intentar ocultar estos hechos a los investigadores.
Lo que ocurría es que en agosto de 2013 los cruceros de Princess, propiedad de la Carnival, vertían al mar los residuos de combustibles. Entonces un ingeniero británico que acababa de ser contratado lo contó, explicando que el barco tenía un tubo que permitía eliminar los desperdicios de aceites y que estos eran vertidos en ciertos puntos del océano.
El 'chivato' recogió pruebas, entre ellas fotografías del tubo, lo que condujo a una inspección del barco en Gran Bretaña y de nuevo, después, en Nueva York, en septiembre de 2013. Estas prácticas ilegales tenían lugar en cinco de los barcos de la naviera, el Caribbean Princess, el Star Princess, el Grand Princess, el Coral Princess y el Golden Princess.
Una cuarta parte de la multa aplicada se destinará a acción comunitaria y social y un millón para reparar los daños causados.
El juez también ordenó que los otros 78 barcos del grupo Carnival, incluyendo todas sus marcas, fueran sometidos aun programa quinquenal de vigilancia.
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Todo muy bonito. Ahora mismo en la naviera deben de estar haciendo cuentas para ver si lo ahorrado con la limpieza de tanques compensa a la multa o no.
Pero como los tubos de descarga no crecen solos en los barcos, estoy seguro que si al responsable le aplican un correctivo adecuado ya no volvería a suceder lo mismo.