Un caso único el de José María Rossell. Nacido en Gerona, forjó la primera cadena hotelera andaluza desde Almería. La líder con diferencia de entre las del sur de España. Rossell fue un empresario tan activo como de pocas palabras: un creador en silencio. Él fue el alma de Playa Senator antes y después de uno de sus varios encontronazos con la vida y las crisis económicas. En Almería era el gran empresario turístico por antonomasia y probablemente el segundo de más renombre tras Cosentino.
Al arribo de la democracia participó activamente en el asociacionismo hotelero de su tierra de adopción, de la comunidad que lo acogió y de su querida y dolida España. Fue uno de los fundadores de la primera patronal hotelera de las zonas turísticas de España y llegó a ocupar la presidencia de Exceltur. Preferente lo premió en Fitur hará una veintena de años cuando la expansión de Senator aún era incipiente.
No era Rossell de muchas palabras, pero defendió siempre con ahínco al sector turístico. No le tembló el pulso cuando se enfrentó con las autoridades pacatas que intentaban poner freno o chinitas a nuestra industria. Su voz era tenida en cuenta por los dirigentes de Andalucía a la hora de los nombramientos de los responsables de turismo. Estuvo en todo momento cohesionado con sus colegas andaluces Luque, Escribano y Sánchez: más amigos que competidores.
La última vez que lo vi en persona fue en la Universidad de Almería. Me invitó a participar en una conferencia en la Facultad de Económicas. Hice una defensa del turismo de masas, impulsor de la economía de la zona conjuntamente con el cultivo intensivo de la agricultura. Roquetas y Andalucía están en la cima gracias a una industria nada clasista y por ello muy accesible a todas las capas sociales. Dios tenga en su gloria a uno de los principales empresarios turísticos que ha dado nuestro país. Un catalán de Almería.
Descanse en paz