Radisson: de la bendición a la condena por su aventura china

Una de las principales cadenas hoteleras, Radisson, se encontró un día con el dinero fresco de HNA, un grupo turístico chino de primer nivel, que se quedó con algo más del 51 por ciento de la sociedad. Era la pata china en el sector del alojamiento occidental y Radisson tuvo la fortuna de ser la escogida.

La envidia del sector: tenía inversores, había un norte, todo iba sobre ruedas. El negocio se limitaba pues a expandirse y hacer caja. Pero de pronto se supo que HNA había crecido más de lo que podía y un buen día reconoció que estaba ahogada en deudas. E incluso, su propietario, en un lamentable accidente, se mató al hacerse un selfie y caer por un barranco (Tropieza y muere Wang Jian, propietario del grupo chino HNA). Así que la bendición se convirtió en una condena.

Lo mismo que le pasó a NH, pero en el caso español HNA nunca había llegado a tener un papel destacable porque los enfrentamientos en la dirección relegaron al inversor chino. Precisamente, fue la entrada en Radisson lo que desató la ira de los otros accionistas de NH.

Ahora, pues, Radisson, antes conocido como Rezidor, está sin rumbo, sin saber qué hará HNA, sin poder tomar decisiones. Es posible que incluso HNA ponga su participación a la venta –atención las empresas que están a la caza de oportunidades. Pero nadie lo sabe.

La situación de HNA es tan complicada que Airbus ha congelado la entrega de varios aviones a las aerolíneas del conglomerado, en una demostración de que la cuestión financiera va francamente mal (Airbus paraliza la entrega de cinco aviones a HNA por falta de liquidez).

Según publica Skift, el periódico americano, Federico González, el director general de Radisson ha admitido que “nos han dicho nada –de HNA–. Oficialmente no sabemos nada.” González estaba exponiendo los resultados del último trimestre. “Nosotros –añadió– seguimos a lo nuestro, que es crecer y llevar a cabo nuestro plan, para lo cual tenemos el apoyo de los accionistas. Por eso, nuestra gestión pretendemos que no tenga impacto sobre la situación de alguno de nuestros accionistas”.

Los datos de la empresa van bien, como era de esperar, pero los problemas están en el accionista y en la falta de noticias sobre su futuro.