Si usted tenía pensado viajar con una metralleta o con una pistola a un hotel de Nueva York, sepa que ya no podrá hacerlo, según acuerdo de la Hotel Association de New York y la Hotel Trades Council. Estas dos patronales, en las que están integrados todos los hoteles de la ‘gran manzana’, tomaron la decisión ante la oleada de violencia protagonizada por personas armadas en Estados Unidos. No deja de ser algo que en Europa cuesta de entender porque no es habitual que la gente siquiera circule armada.
La decisión de los hoteles neoyorkinos se adopta después de que la Corte Suprema americana anulara la decisión del parlamento del estado de Nueva York de permitir la portación oculta de armas. Posteriormente, el estado modificó su norma permitiendo que puedan existir prohibiciones en lugares sensibles, como pueden ser negocios privados como los hoteles.
Los hoteles de Nueva York, que tienen una fuerte cuota de clientes internacionales, estaban asustados por el impacto que puede tener para un visitante ver a un cliente local armado o que pudiera registrarse un episodio violento en esas instalaciones.
Vijay Dandapani, el director ejecutivo de la patronal, dijo que “esta decisión –de prohibir las armas– es realmente importante porque Nueva York es un mercado de destino para el mundo. Nuestro enfoque está centrado completamente en la seguridad de las personas que vienen aquí”. Recuerden que quienes defienden el uso de armas también lo hacen para proteger la seguridad de las personas.
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Reconforta saber que el vecino/-a de la habitación de al lado Okie from Muskogee no portará armas de fuego de forma visible u oculta por los pasillos del lobbie.
Sobre todo cuando se viene de un Pais dónde te pueden requisar un tirachinas o la navaja del bocadillo porque lo del arco de flechas del niño comprado en el Deca ya es de aurora boreal. Aunque nos metieran en un conflicto dónde no aparecieron las cacareadas armas de destrucción masiva por mor de ser lacayos de Mr. Marshall.
En el viejo continente, nos tienen narcotizados y bien atados, no vaya a ser que un día nos levantemos con el pie izquierdo y la tómenos contra el gobernante de turno. Mejor prevenir, las armas en manos de los profesionales pagados que luego las carga el diablo. Pan y circo.
Recuerdo hace muchos años, finales del siglo XX en un hotel israelí, el recepcionista llevaba una pistola en la cintura y la verdad es que sorprende bastante que el tipo de la recepción del hotel llevara una pistola bien a la vsta de todo el mundo., sobre todo para los que venimos de un país donde la única oportunidad de ver una pistola es a un policia o cuando uno hizo el servicio militar.