“Los hoteleros dicen”

Jorge Marichal, el nuevo presidente de los hoteleros españoles, ya tiene su primera disputa con Iberia a cuenta de su crítica a la operación de compra de Air Europa por parte del grupo IAG. Marichal tiene razón en estar preocupado porque, por supuesto, existe el riesgo de que esa fusión merme la competencia e incremente los precios. Sin embargo, no hay que olvidar que IAG no está sola en España y que muchos competidores están atentos para irrumpir ante una oportunidad que ofrezca el mercado.

Marichal es una persona con tendencia a defender la integración vertical de los hoteleros con otros eslabones de la cadena turística. En ocasiones en el pasado abogó porque en Canarias los propios empresarios del sector del alojamiento tuvieran una aerolínea. 

Tanto la primera como la segunda cuestión, que Marichal defiende con toda la legitimidad que le da disponer de tribunas para hacerlo, presenta el problema ciertamente relevante de que se plantean en nombre de los hoteleros. Los medios, con razón, afirman “los hoteleros cuestionan”, “los hoteleros dicen”. 

O estoy muy equivocado o no consta que los hoteleros colectivamente tengan una opinión sobre estos asuntos. Y este es un problema importante. Marichal tiene derecho a tener sus opiniones, pero no está tan claro que eso lo compartan los hoteleros. Yo conozco a muchos de los integrantes de su equipo que cuando se supo que Iberia compraba Air Europa se manifestaron a favor de la operación. Es sabido que las grandes hoteleras, por ejemplo, están dispuestas a expandirse en ‘su’ negocio allí donde haga falta, pero parecen no querer saber nada ni de tour-operación ni de aviación, ni de transporte por carretera, ni de ferrocarriles.

No estaría de más que la nueva dirección de los hoteleros, que anteayer abogaba porque haya un proceso de reflexión para reconocer el papel de este colectivo en la sociedad, comprendiera que antes de proclamar una postura pública, debería haber un debate interno que aclare posturas. Marichal debería ser portavoz de alguien más que de sí mismo si pretendemos que el colectivo sea respetado.