La guerra familiar en el seno del Grupo Barceló existe, pero no es reciente: viene desde hace más de un lustro, cuando surgió la crisis mundial. Lo llamativo es que ha emergido precisamente en plena vorágine de la operación NH. Y no han sido los primos/as discrepantes los/las que la han sacado a la luz pública. Más que guerra habría que hablar de batallas de celos entre los hermanos de los primos que están al mando: los copresidentes no están enfrentados y, además, comparten las grandes decisiones.
Si preguntas en el entorno próximo del grupo sobre la rivalidad entre los hermanos de los primos de uno y otro lado, los de Simón Pedro y Simón, te dicen que “sin novedad en el frente”. Con ello están dando a entender que todo sigue tal cual estaban la cosa años atrás. Y la situación estaba y está en que cuatro de los siete hermanos del copresidente Simón siguen considerando que el primo copresidente Simón Pedro no lo está haciendo bien. Apreciación sorprendente que choca con la cruda realidad.
La tesis de los discrepantes es que Latinoamérica, el área que controla el primo Simón es mucho más rentable, muchísimo más, que la zona de Europa que está bajo la responsabilidad del primo Simón Pedro. Un primo— decían y dicen— que sale bastante en los medios y que acapara demasiados cargos y consejos de administración fuera del Grupo Barceló. O sea, todo lo contrario que el reservado, introvertido y pseudo bohemio Simón. No hay más sustancia argumental que la reseñada.
Los forjadores del Grupo fueron los hermanos Gabriel y Sebastián, pero sobre todo, se quiera o no, Gabriel, al que el empresariado balear actual le debe todo (Caeb, Aviba, Isba, Club Náutico, etc.). El hijo del fallecido Sebastián, Simón, y el hijo del afortunadamente vivo Gabriel, Simón Pedro, se dividen las tareas, en efecto, pero las grandes decisiones como las de NH las toman de forma consensuada. No hay guerra de egos entre ellos. La guerra aflora por la batalla por la cadena urbana, que no ha hecho más que empezar.
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El origen de todo fue el desigual reparto de la empresa que hicieron los fundadores, dando la mayoría a los tres primos cuando hay el triple de primas. Además las han tenido secas en cuanto a dividendos durante años y al no estar la empresa en bolsa, y tener los primos la mayoría, en la realidad no pueden vender sus acciones porque nadie está interesado en pasar a tener una posición de accionista minoritario en un grupo con esa estructura de capital.
En cuanto a la gestión está claro que los mejores activos están en el Caribe. Son tan buenos que incluso la portera de mi casa les sabría sacar un rendimiento superior a los de Europa.
Vaya!. Parece que no es oro todo lo que reluce.
Al del tema... Y qué tiene vd. contra las porteras.
Desde cuándo es esto una web de presa rosa/amarilla? La gestión de Simón Pedro está fuera de toda duda y gracias a él, Barceló es hoy lo que es.
Otra cosa son los que dirigen (operaciones, comercial, rrhh....). Cuando en lugar de profesionales con experiencia te dedicas a contratar a primos, cuñados, amigos de, ex-compañeros etc, pasa lo que pasa, pierdes competitividad, la competencia te pasa por la derecha y tus mejores armas que son los buenos profesionales que llevan años en la empresa, deciden marcharse en busca de nuevas oportunidades.
Esto sí que es vergonzoso y no lo que comentáis en la noticia. El error que ha cometido Simón Pedro es dejar la gestión de los hoteles en Europa a personas sin escrúpulos que sólo miran llevarse el bonus de abril, dando de lado a los empleados y poniéndolos a las órdenes de ineptos cuya única aptitud es ser "amigo de".
Lo que tienen que dar gracias es que es Barceló la que compra y no al revés. De ser al contrario, habría muchos temblando conscientes de su ineptitud.
Imagine toda la razón