El sector hotelero de Benidorm cierra un año 2022 plagado de luces y sombras. Pese a que ha recuperado terreno frente a los datos de los años 2020 y 2021 (los más afectados por la pandemia), la cifra sigue lejos de la de 2019. (Benidorm sufre por el pinchazo nacional y la recesión de Reino Unido)
La capital turística de la Costa Blanca ha registrado el mejor dato de la Comunidad Valenciana, con una ocupación media anual de un 76,3%, según los últimos datos publicados por Hosbec. No obstante, es el destino que más terreno se ha dejado respecto a los datos de 2019, último año de normalidad, con una caída de ocho puntos porcentuales.
Los motivos de esta ralentización son más que evidentes. En primer lugar, el efecto de Ómicron, que golpeó al sector durante el primer trimestre provocando que una alta cifra de hoteles no pudiesen abrir sus puertas.
A ello hay que sumar el frenazo de diciembre, mes “muy duro” para el destino “por la situación económica y geoestratégica”. De hecho, si eliminamos estos meses de la valoración anual, la ocupación media de Benidorm crece hasta el 81,5%, que ya está mucho más cerca del 84,2% del año 2019.
“La recuperación turística es todavía una asignatura pendiente”, ha destacado el presidente de Hosbec, Fede Fuster. Reconoce tener “muchas dudas de cómo se va a comportar la actividad en el próximo año” por la inflación, la subida de los tipos de interés y la crisis energética.
Sin embargo, apunta que “el sector sigue confiando en su fortaleza como prioridad de consumo tanto de españoles como de europeos para trabajar en 2023 en este camino de la recuperación”. “Vamos a luchar por conseguir este objetivo intentando que todas las administraciones sean conscientes de la importancia estratégica del turismo para la economía y sociedad tanto valenciana como española”.
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