Europa: una sentencia acaba con el secreto fiscal de Airbnb

Que nadie se engañe: una de las grandes razones del éxito de las plataformas como Airbnb es que fiscalmente las operaciones son muy difíciles de localizar, de manera que la evasión es sencilla. O era, debemos decir, porque las cosas, definitivamente, van a cambiar desde ahora (¿Crisis en 2021? Airbnb crece un 38% sobre 2019).

Airbnb, como sus rivales, operan desde países convenientes fiscalmente. Las haciendas de los demás países han de ponerse en contacto con ellos y pedirles los datos. En Europa, Airbnb opera desde Irlanda. Bélgica, interesada en saber cuántas transacciones hacía en su país, para después cruzar los datos con los dueños de los alojamientos, pidió en 2017 la información a Airbnb en Irlanda, que le contestó que no, indicando el principio de libre prestación de servicios y la legislación sobre comercio electrónico.

Bélgica acudió al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, con sede en Luxemburgo, y tenemos sentencia.

Los jueces han confirmado el criterio belga de que las plataformas de alquiler de alojamiento turístico han de comunicar la información sobre las transacciones realizadas, de manera que las autoridades fiscales nacionales puedan cruzar datos y, obviamente, detectar los ‘olvidos’ de los empresarios que captan sus clientes por esta vía.

La sentencia no es de aplicación únicamente en Bélgica, sino que la hacienda española también ahora podrá dirigirse a Airbnb invocando esta obligación y deberá recibir la información correspondiente.