A la espera de los turistas británicos, Benidorm no acaba de recuperar la normalidad. De hecho, la zona turística alicantina es uno de los destinos españoles que más está sufriendo por la decisión del Gobierno de Johnson de incluir a España en la lista ámbar.
Cuando faltan pocos días para entrar en el mes de julio, Benidorm tiene operativas el 62% de sus plazas hoteleras, unas 23.000, con una ocupación que supera ligeramente el 50% en estas últimas semanas.
«La demanda sigue estancada y la oferta se incrementa poco a poco, puesto que esta semana se han producido nuevas aperturas de hoteles», ha declarado Toni Mayor, presidente de los hoteleros de Benidorm a El Mundo.
«Hay establecimientos que trabajan exclusivamente con el turismo británico y por eso siguen sin actividad, porque para ellos no tiene sentido abrir»,señala Mayor.
Según los datos de Hosbec, nueve de cada diez habitaciones las están ocupando en Benidorm turistas españoles. En el caso de los hoteles cerrados, la patronal valenciana calcula que las pérdidas ascienden a cantidades de entre 50.000 y 150.000 euros por cada mes de cierre según el tipo de establecimiento.
Sin embargo, la evolución del turismo nacional en Benidorm es superior a lo previsto. «Está funcionando bastante bien, incluso mejor de lo esperado, llegando ya los fines de semana a una ocupación del 80% en la costa valenciana», concreta el presidente de la patronal.
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