Ángel de Cabo no para: ahora va a por la cadena GH Hoteles

Allí donde aparece una empresa en problemas, acude Ángel de Cabo, quien tras su experiencia en Marsans parece haberle cogido el gusto al sector turístico. Semanas después de hacerse con Nueva Rumasa, el ‘liquidador’ valenciano no para y está a punto de hacerse con una nueva compañía turística, en este caso la cadena hotelera GH Hoteles, propiedad del grupo Martínez Núñez..

El pasado junio preferente.com publicaba que el grupo del empresario leonés José Martínez Núñez había puesto en venta sus hoteles, tres establecimientos ubicados en Galicia: el Gran Hotel Lugo, el Gran Hotel San Martín Ourense, y el Gran Hotel Santiago, todos de 4 estrellas.

Sin embargo, según ha publicado el diario La Voz de Galicia, desde hace unas semanas el Gran Hotel San Martín Ourense aparece en el registro mercantil con un nuevo administrador único, Ángel de Cabo Sanz, quien estaría cerca según publica el rotativo de hacerse con la administración de los otros dos hoteles.

En el caso del hotel de Orense, ya ha desaparecido el consejo de administración que presidía el propio José Martínez Núñez, según las últimas anotaciones del registro mercantil. De momento estos mismos cambios no se han registrado en Promotora de Alojamientos Lucenses, que es la propietaria del Gran Hotel de Lugo. Pero hay que tener en cuenta que esta sociedad lucense tiene el 90,76% de Promociones de Alojamientos Orensanos, la propietaria del establecimiento de Orense, cuyo administrador único es ahora Ángel de Cabo y además se incluye como apoderado a Pedro Carmelo Hernández Gómez.

Es decir, aunque el empresario no figura por ahora como propietario de toda la cadena hotelera del grupo Martínez Núñez, el capital cruzado entre las sociedades internas le pueden dar el mando en la práctica.

Los trabajadores de los hoteles gallegos están muy atentos a estos movimientos. Los 12 despidos que realizó la cadena el pasado mes de febrero, con indemnizaciones de 45 días de salario por año trabajado, no eran un buen augurio y dieron la voz de alarma de que algo se estaba moviendo en la hotelera, de cuya gestión se hizo cargo el empresario leonés en los años 80. Por aquellas fechas trascendió que los propietarios habían contratado los servicios de una compañía extranjera, experta en gestión de patrimonio para buscarle un nuevo dueño. También se habló de que había varias ofertas para hacerse con los tres establecimientos, que se vendían juntos o por separado.