Botín, el banquero presente en todas las salsas turísticas

El fallecido presidente del Banco Santander ha tenido un papel relevante aunque desconocido para la mayor parte de la opinión pública en el sector turístico. A través de su entidad Emilio Botín ha estado involucrado en operaciones turísticas de primer nivel y tuvo presencia en las empresas turísticas más relevantes.  

La más conocida quizá sea su participación a través del fondo de capital riesgo Vista Capital en Orizonia, del que era el segundo mayor accionista con un 35% de los títulos tras Carlyle. Al margen del quebrado holding turístico Botín tuvo una estrecha relación con el sector hotelero. Su influencia llegó a unas de las principales cadenas del país, NH Hoteles. La compañía designó a finales de 2012 a Rodrigo Echenique Gordillo, un hombre de confianza del banquero y consejero delegado de la entidad de 1988 a 1994 como presidente no ejecutivo.

También tuvo un papel relevante en Hesperia de la que el Santander es el poseedor de la mayor parte de la deuda de la hotelera, 389 millones, junto otras entidades como Bankia y el Sadadell con una cifra mucho menor. Además, la familia Botín posee un hotel en Santander, el Real, que tras años bajo la gestión de Husa pasó al portfolio del Grupo Hotusa tras los reiterados impagos de la hotelera de Gaspart.

Emilio Botín mantenía lazos de amistad con importantes empresarios turísticos como Abel Matutes, quien además es consejero del Santander, mientras que con otros como Juan José Hidalgo la relación era más bien fría y distante. De hecho, Globalia ha estado durante años en la lista negra del Santander lo que ha llevado en no pocas ocasiones a su presidente a despotricar contra la primera entidad financiera del país.

Con otros como Escarrer también tuvo algún desencuentro. Con motivo de la salida a Bolsa de Sol Meliá el finado tuvo un comportamiento opaco con esta cadena con la que históricamente había trabajado por encima de las demás entidades. Botín, muy bien relacionado con el diario salmón de referencia, consiguió que este medio pusiera chinitas a la salida a Bolsa de la cadena de los Escarrer. El desencuentro duró hasta hace bien poco.

Lo cierto es que Escarrer padre aplicó una de sus máximas: no enfrentarse nunca a un enemigo más fuerte. Desde el momento en que Sol Meliá empezó a cotizar en Bolsa los lazos con el Santander se rompieron afectando a hoteles operados por la cadena mallorquina, entre ellos, el Botánico que pasó a otras manos.

Dejando de lado el sector hotelero el gran banquero se equivocó con una importante inversión en el negocio de la oferta complementaria. Dio órdenes a su delegado en Palma en una de sus pocas visitas para que el Banco Santander apoyara al cien por cien el proyecto Es Fogueró de Alcúdia comandado por José Casas, rey de la noche y que contaba con un buen ramillete de empresarios turísticos de la importancia de Fluxá, Quetglas, Cladera y De Luna, entre otros. Fue un fracaso absoluto al punto de que solo estuvo abierto dos veranos.