Saga, el operador inglés para mayores pierde un 70% de valor

Saga es una institución en Gran Bretaña y en las zonas turísticas españolas. Saga es el tour operador incombustible, el de siempre, el tradicional, el que mueve a los ancianos de su país, el que no falla, el que tiene un modelo que parece eterno. Pero ayer sufrió un serio revés, del que hasta ahora parecía excluido: sus acciones cayeron un 11 por ciento, después de que en lo que va de año se hayan depreciado casi un 70 por ciento. El tour operador con sede en Folkestone da síntomas de estar muriendo.

Saga tiene dos ramas de negocio: el tour operador, que se especializa en mayores de 50 años, y los seguros, que atienden al mismo mercado, y que han sido reorganizados completamente porque el negocio no funcionaba. El problema de que los seguros no funcionan, se sabía. Por eso se han reinventado el negocio, esperando resultados muy pronto. El problema de que las ventas no van bien también se sabía, y para esto ya no hay tantas soluciones, por más que Saga ahora está cambiando su imagen para intentar abordar clientes de menos de 50 años, lo cual no tiene muy buena pinta. Lo que no se sabía es que Lance Batchelor, el director general ha anunciado que se va. Esto son palabras mayores.

Además, se ha sabido que las ventas, el total facturado, está cayendo un cuatro por ciento respecto del mismo periodo anterior.

Saga dice que los mayores, sus clientes de siempre, tienen miedo a las “incertidumbres políticas” relacionadas con el Brexit y que, como se sabe, siguen sin ser clarificadas. Pero hay otro culpable: otros mayoristas están presionando los precios a la baja, para aprovechar la crisis de Thomas Cook que, como se sabe, está pasando por un momento muy delicado.

Saga ha anunciado también la presentación en julio de un nuevo crucero, para intentar resucitar este negocio en el que tiene pérdidas de unos 3 millones de libras en medio año, como consecuencia de la introducción de la nueva embarcación.

El mayorista dice haber encontrado algunos datos positivos ante la tormenta que enfrenta, pero los inversores, obviamente, no terminan de creérselo como indica la caída en bolsa del valor.