Rusia evalúa el daño a su turismo

Los rusos millonarios, disputados por todos los destinos turísticos del mundo, no saben hoy cómo pueden mantener su lujoso tren de vida, una vez se produce el bloqueo. Y las aerolíneas miden, por su parte, hasta donde llega el desastre que sufren. Inicialmente es mucho peor que el Covid (La Unión Europea acuerda bloquear su espacio aéreo a los rusos).

La prensa turística rusa explica a sus lectores que, evidentemente, tienen un problema para viajar. Obviamente, los rusos salían al mundo por Europa. Sin embargo, aún quedan algunas opciones: los hubs de Emirates, Qatar y Turquía siguen abiertos a día de hoy, aunque los vuelos se han disparado de precio. Aeroflot y las compañías de los destinos mencionados siguen operando (Rusia responde a Europa: veto a aerolíneas de 36 países).

Los rusos están atentos a que, pese a ello, sólo un país europeo les permite seguir volando como siempre, y ese país es Suiza, ciertamente no el más económico. A principios de esta semana, Australia aún no había cerrado sus puertas al movimiento de los rusos, pero en el mundo turístico de Moscú dan por hecho que es cuestión de horas.  De manera que el sector turístico emisor ruso admite que las cosas están cambiando a peor.

Los vuelos al Golfo Pérsico o a Turquía, además, son más largos, hasta una hora, por la ruta que hay que hacer ahora. Y encima el precio se ha disparado.

Aeroflot, la primera aerolínea nacional ya lo está pasando mal. Ha podido con el Covid, pero ahora las cosas están aún peor. Hay una pérdida más seria: Rusia recibe dinero del derecho de vuelo de los aviones que unen Europa con el Extremo Oriente, sobre todo Japón y Corea, aunque también parte de los vuelos a China, que sobrevuelan Siberia. Ese dinero se destinaba a Aeroflot, lo cual ahora ya no existirá. Hablamos de entre 300 y 500 millones de dólares anuales.

Desde el 28 de marzo se paralizará totalmente la venta de partes de los aviones que emplea Rusia. Esto dejará sin repuestos a Aeroflot, entre otras. No se sabe qué consecuencias tendrá esto, pero obviamente las habrá. Aeroflot tiene 117 aviones Airbus, S7 tiene 66 y aún hay más en Ural y otras.

Esta misma semana, Boeing ha comunicado a sus clientes rusos que restringe el acceso a la documentación técnica de los aviones, a la que se entraba online. Esto probablemente afecte a los aviones de esta marca operando en el país.

Todo esto terminará reduciendo flota, lo cual no será grave inicialmente porque también se habrá reducido la demanda, pero en todo caso sume a Rusia en un problema y, sobre todo, la separa del mundo.

Menos vuelos, mucho más difíciles, con graves problemas para operarlos es el saldo inicial de esta guerra.