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EDICIÓN ESPAÑA

Tribuna

¿"No future" para los y las agentes de viajes?

Desde que empezó la crisis provocada por el Covid-19 llevo dándole vueltas a la cabeza sobre cómo será el futuro de los/as agentes de viajes en un escenario pospandemia y me gustaría compartir dichas reflexiones.

Ya hacía años, incluso lustros, que desde diferentes foros se vaticinaba insistentemente la desaparición de la mayor parte de nuestros puestos de trabajo en base a distintos cambios profundos en nuestro entorno: la aparición de internet y su posterior desarrollo acelerado, la competencia de agencias online basadas en la teleoperación, la facilidad del acceso directo consumidor/a - proveedor de servicios turísticos, la aparición de nuevas centrales de reservas hoteleras y bancos de camas, la potenciación por parte de las líneas aéreas del canal de venta directa al cliente final, etc., sin embargo, todos esos malos augurios hasta ahora no habían conseguido hacer mella de un modo significativo en nuestra profesión. Ha tenido que ser una pandemia sanitaria, un fenómeno de entrada totalmente ajeno a nuestro sector, el que le haya asestado el golpe más duro y certero.

Pero analicemos por qué hemos llegado a este punto y el futuro que nos aguarda. Hasta ahora no habíamos querido hacer caso de la crisis ecológica global y hemos contribuido a aberraciones como el desarrollismo desaforado, un consumismo exacerbado, las escapadas "low cost" o los viajes largos, rápidos y sin sentido, que han dejado una profunda huella de carbono en nuestro planeta, fenómenos todos ellos que ha quedado ampliamente demostrado que han facilitado la expansión de esta pandemia, algunos de manera muy activa y otros de un modo un poco más pasivo. Así pues, ya tenemos una primera tarea pendiente: avanzar hacia modelos turísticos más sostenibles, más próximos a nuestro lugar de residencia, con menor huella de carbono y menor impacto en el entorno.

Otro error que hemos cometido ha sido no tener en cuenta las condiciones laborales de los proveedores y prestatarios de los servicios de los productos que comercializamos. Ello ha provocado una competición por la reducción de costes en base a una precarización de los puestos de trabajo relacionados con la prestación de servicios turísticos (hostelería, restauración, guías turísticos...) que hace que el sector turístico sea uno de los peor pagados (y de los que menos valor añadido generan, tal y como han señalado últimamente algunos ministros de Unidas Podemos, para enfado de nuestra "casta" sectorial). El caso de los "free tours" en que los profesionales trabajan a cambio de una propina más propia de otras épocas es paradigmático en este sentido. Y el caso de las conocidas como "kellys" (las camareras de pisos de los hoteles externalizadas) también lo es. Y nosotros/as, los y las propios/as agentes de viajes, tenemos mucha culpa, entre otras cosas porque no nos hemos preocupado ni siquiera de cuidarnos nosotros/as mismos/as. El nivel de afiliación a sindicatos en el sector es ridículo y ya no digamos el seguimiento de huelgas o de convocatorias sectoriales. Nos creímos aquella falacia de que éramos "clase media" y que como no llevábamos un mono de trabajo ya no éramos clase trabajadora. Y así nos va y la casa sin barrer y nuestro propio convenio sin firmar.

Tampoco hemos hecho caso de los avisos que nos llegaban relativos a la necesidad de un mayor control y regulación del turismo y hemos permitido que el fenómeno conocido como "overtourism" cree un intenso malestar entre la población local de ciudades ultra-turistificadas con ejemplos extremos como las ciudades de Venecia, Barcelona o Palma de Mallorca. Lo vimos, lo percibimos y no hicimos nada por evitarlo. Los grandes cruceros debían hacer escala en dichas ciudades y si podía ser en el mismo centro histórico de las mismas mucho mejor, contribuyendo así a su masificación, a su gentrificación y al abandono de sus barrios más céntricos por parte de la población local, más que harta de los excesos turísticos a todos los niveles.

Sin embargo, la máquina de hacer churros turísticos no podía parar. ¡Más madera, es la guerra! que hubieran vociferado los Hermanos Marx mientras continuaban añadiendo carbón a paladas a la locomotora turística. Había una oportunidad y no la quisimos ver porque no nos convenía: el decrecimiento. ¡Madre mía lo que he dicho! ¿Cómo se me puede ocurrir? ¿Decrecer? Pues sí, decrecer (y no solo turísticamente sino también económicamente) para evitar la saturación. La rueda del hámster no podía parar y allí seguíamos todas y todos pedaleando como si nos fuera la vida en hacer rodar la noria: la máquina de churros non-stop.

Hubo gente, poca, que lo vio venir y teorizó sobre nuevos conceptos como el turismo sostenible, el turismo justo, el turismo responsable, el turismo comunitario, el turismo ético, conceptos que pueden ser solo etiquetas para captar clientela más concienciada o que pueden ser mucho más que eso si nos los creemos de verdad y ese es el camino.

Porque ¿cómo va a ser el o la turista pospandemia? Pues a ciencia cierta no lo sabemos pero todo apunta a que va a ser un/a turista más consciente, más sostenible, más preocupado/a por el entorno, por el respeto a la población local y sus hábitos y costumbres. Modalidades como el "slow tourism", el "slow driving" o la "slow food" van ganando cada día más adeptos/as. Se acabaron las prisas, las masificaciones totalmente absurdas, el famoso "aborregamiento" en su sentido más peyorativo y que tiemblen los grandes barcos de crucero y los descomunales complejos turísticos del Caribe porque tienen los días contados. Triunfará un turismo más local, más de proximidad, más preocupado por la gastronomía local y/o regional, el relax, el bienestar, los eventos culturales puntuales, las manifestaciones artísticas y populares, en fin, algo mucho más próximo a la esencia del turismo. ¿Y dónde estaremos nosotras y nosotros, agentes de viajes, en ese futuro escenario incierto? Pues estaremos en patronatos de turismo (municipales, comarcales, provinciales, públicos, privados, mixtos público-privados...), estaremos de teleoperadores/as en centrales de reservas hoteleras, de "bancos de camas", de algunas pocas agencias de viajes online que aguanten o en nuevas centrales de reservas de un turismo rural en auge y estaremos de gestores/as de desarrollo turístico (que no deja de ser realmente desarrollo económico en su más amplia acepción). Porque prefiero no pensar que estaremos ejerciendo de profesionales del asesoramiento turístico a cambio de una propina voluntaria como los/as guías turísticos/as de los "free tours".


    Acepto la política de protección de datos - Ver


    20 Comments
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    Antonio López
    3 años

    Totalmente de acuerdo.

    Ana Fernández
    3 años

    Verdades como puños. Resido en una isla cuya economía depende del turismo pero creo firmemente que esta pandemia tiene que provocar cambios en la estructura económica y turística mundial ; sino
    estamos abocados al fracaso. El problema es que no hay valentía para reconocer el daño que hace el modelo turístico vigente.

    Jusr
    3 años

    Ya sabemos que esto ocurriría así que reciclarse o vender online
    Sólo los fuertes sobrevivirán es la más elemental ley de la naturalezas

    Totalmente de acuerdo
    3 años

    No se puede estar más de acuerdo con esa opinión. Me temo que las cosas ya no volverán a ser como eran.

    Ilse
    3 años

    No sé yo
    Si el turista cambiará, hasta ahora veo que la gente se comporta del mismo modo que en primavera/verano. Si se habla de confinamiento ya se largan a otra provincia, ya se quejan que eso va ser la ruina otra vez de la hostelería etc etc. Aquí nadie ha aprendido todavía nada

    Aguafiestas
    3 años
    Reply to  Ilse

    No hay que esperar a que la cabaña de borregos estupidizada por Telecinco y los anuncios de colonia cambien nada. Una sociedad ilustrada y racional se ordena de manera jerárquica siguiendo planes de expertos e interviniendo mediante leyes para lograr su transformación. Al turismo de masas que destroza las ciudades, precariza los empleos y llena de mierda el medio ambiente hay que darle la estocada final y enviarlo al vertedero de la Historia.

    Núria
    3 años

    Muy buena reflexión....
    Renovarse o morir, eso está claro. Aunque me niego a creer que el asesoramiento en viajes vaya a desaparecer por completo, espero que el reciclaje nos haga mejores y que esta situación haga reflexionar a los de arriba, ya que así evidentemente, no se puede continuar.

    AGENCIATOR
    3 años

    Precioso pero he de informar que el País de Nunca Jamás no existe. Lo que si existen son millones de personas en el mundo que viven del turismo y que difícilmente encontrarán otro trabajo a corto-medio plazo. ¿Te crees que desmantelarán los barcos, los aviones y los complejos hoteleros?. Si así lo crees mira por la ventana que quizás Peter Pan te invite a volar sobre Londres.

    Mi opinión
    3 años

    Es cierto que el modelo de turismo tiene que cambiar para ser más sostenible, e incluso para que dé riqueza a las zonas turísticas sin que su economía dependa totalmente del turismo como esta pandemia ha demostrado que ocurre en muchas zonas.
    Aún así, decir que la culpa del turismo de masas es de los agentes de viajes, me parece tan exagerado como culpar al camarero que te sirve un café de las condiciones de trabajo en los cafetales. Un poco desproporcionado...

    Soy agente no binario
    3 años

    Imperdonapla!!!
    Queriendo ser políticamente correctx has caído en la dicotomía binaria.
    Les agentes también existimos.

    Aguafiestas
    3 años

    Totalmente de acuerdo con este excelente artículo. Pocas veces se leen tantas verdades juntas.

    Salvador
    3 años

    Los freetours deben desaparecer. En el siglo.21 trabajar por propinas es secillamente INDIGNO. Es la nueva esclavitud. Al final de hilo hay plataformas multinacionales se llevan los beneficios. Vease viator, civitatis. Guruwalk etc. Se aprovechan de la falta de una legislaciòn que proteja al trabajador y ademas dividida por cada autonomia no ve el futuro de sus profesionales y dejan campar a cualquier listillo.
    Soy guìa profesional desde los años 80. Hablo por experiencia.
    Si el legislador no nos proteje....Es el fin

    Alicia Penedés
    3 años

    Soy Alicia, el terror de las agencias. Aquí me censuran. El sector de las agencias ya estaba en coma desde hace años. Excepto para ayudar a abuelitos no veo su valor.

    Ismae
    3 años

    Muy pesimista el articulo. En este sistema capitalista, cuando todo vuelva a la normalidad, el virus ya tenga una vacuna, etc, volveremos a nuestras andadas, porque este sistema no puede parar. Esto continuara como antes y creo que con mayor intensidad, primero porque las empresas del sector van a poner la maquinaria a tope para recuperar las perdidas y porque los ciudadanos volveremos a viajar con mas ancia. Esto es la realidad. Ah, cuando sera esto? Pues en un futuro cercano, solo que los mas fuertes quedarán, pero como el mercado capitalista es tan dinamico, volveran a crearse empresas y otras surgiran de sus cenizas. Somos asi y seguiremos asi porque asi es la esencia de este sistema que predomina. Todo lo planteado por este articulo es puro romanticismo y utopia. Veremos en un futuro proximo. Son incompati les las ideas que se plantean con las de este sistema.

    AGENCIATOR
    3 años
    Reply to  Ismae

    Yo no lo hubiera dicho mejor.

    Antonio Garcia
    3 años

    A las agencias de viajes físicas llevan enterrandolas 10 lustros y siguen ahí. Los clientes que buscan calidad y servicio con atención personalizada no han muerto todos por la pandemia.Habra clientes para todos,lo que está claro que hay tiempo de adaptación y perder el miedo,como que las que sobrevivan deberán ser mucho más especializada.
    Aunque a algunos les duelan,el mundo no cambia en 2 minutos.Hemos vivido terremotos,atentados,accidentes,golpes de estado y al final siguieron viajando.¿Quien pensaba viajar en avión tras ver atentado torres gemelos?¿quién pensaba ir de cruceros tras accidente Costa Cruceros?
    Pienso que el tiempo hablará

    Marcaben
    3 años

    Lo del turismo sostenible, el turismo ético y todas esas cosas están muy bien , todos nos apuntamos, al igual que la agricultura sostenible y ética... y ni qué decir de la industria textil sostenible y ética... preguntar a los amigos de Zara qué opinan de esto... por poner un ejemplo... pero la realidad es que en los negocios lo que prima es la rentabilidad , el generar dinero o negocio y han de ser las instituciones las que pongan las leyes o los límites..
    Los ciudadanos estamos encantados de consumir productos bio, eco, sostenibles, y lo que queráis, pero Amazon, Mercadona, Apple, etc.. cada vez facturan más y sus dueños cada vez son más ricos...
    En turismo lo mismo...el artículo me parece muy bonito pero en cuanto se recupere la salud y desaparezca la pandemia , las low cost continuarán programando vuelos, los resorts continuarán intentando tener máxima ocupación, los cruceros cada vez serán más grandes...los pisos turísticos empezarán a florecer otra vez y los free tours seguirán facturando sin cotizar a hacienda .... Si no se ponen leyes que regulen bien todo esto... va a seguir todo igual... y los agente de viajes (que yo lo soy ) seguiremos teniendo la confianza de clientes que valoran su tiempo y que confían en profesionales.. seguramente menos clientes que antes...eso seguro...

    Nick nolte
    3 años

    Apesta a podemos

    Joe Quimby
    3 años

    ¿Cómo que ha quedado ampliamente demostrado que la huella de carbono tiene que ver con esta pandemia?

    ¿Las anteriores pandemias que han acompañado a la humanidad desde su origen también tenían que ver con la "huella de carbono"?

    Me parece que alguien está buscando un puestecillo en política ahora que peligra el suyo "sindicado"

    Solicito parada
    3 años

    No podía estar más de acuerdo!

    Primera vez que pensé algo parecido fue en la crisis del 2008 - 2009... se volvió nuestro sector más precario. En 2014 volvimos a caer (quiebra TH, que nos afectó a unos muchos compis), unos continuaron con misma actividad en otras empresas otros nos reinventamos en otras áreas del sector.... y boom otra bofetada, la de ahora.... que hacemos?? Si los que deben liderar el cambio del sector del turismo, el renacer de sus cenizas, no lo lideran, con ERTEs que no se cobran? Con cursos de Excel o inglés básico?

    Es una pena que nos hayan obligado a llegar a este punto de inflexión como muchos estamos de que nos bajamos de este barco, donde empezamos estudiando con mucha energía alegria y ganas y del cual nos iremos, con pena, rabia y dolor, de todo el esfuerzo emprendido y la tan poca recompensa recibida...

    Suerte compañer@s!

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