Herminio Gil: de inventar la campaña de Curro a “showman” televisivo

Herminio Gil fue en un momento dado el rey del mambo de nuestra industria turística. Este gallego sin límite fue con Pepe Hidalgo el impulsor de Halcón Viajes, aunque Fernando García Rascón le cubría siempre las espaldas cuando uno y otro se metían en no pocos desaguisados.

Hidalgo y Gil se complementaban perfectamente aún siendo ambos unos volcanes en continua erupción. Gil fue el ejecutivo más echado para adelante que ha dado el sector, capaz de gritarle a su jefe en su propia cara y delante de todo el mundo. Tras las broncas venía siempre la jarana.

El dueño del grupo consentía las salidas de tono de su segundo porque lo consideraba el alma mater del conglomerado empresarial y porque lo quería como a un hermano. “No tienes ni puta idea. Si no es por mí, no lo hubiésemos conseguido”, le decía a menudo el gallego al salmantino.

En un momento dado, el mundo de las agencias de España -sobre todo las independientes agrupadas, no tanto el resto de las grandes redes- vieron con preocupación la irrupción de Halcón. A más de una se le atragantó la campaña de Curro y el Caribe, que inventó HG.

Herminio se fue de lo que hoy es Globalia no por decisión del patriarca sino porque así lo quiso el clan familiar. No fue el único caso: el 90 por ciento de los ejecutivos dejaron la casa porque la familia así lo quiso. María Jose Hidalgo no consentía que su padre estuviera en un segundo plano.

Los Barceló compraron su parte accionarial y HG dijo que con lo que había recibido podría vivir el resto de su vida sin dar golpe. Más de uno respiró: Geos y, sobre todo, agentes de viajes afectados por las campañas agresivas en un sinfín de medios de la agencia más de moda.

Gil se subió a la cresta de la ola, sin embargo, al poco de abandonar a Pepe Hidalgo, y puso en marcha Viva Tours. Entonces sí que todos comían en su mano (todos menos el Grupo Marsans y Piñero): Iberia, Melia, Iberostar, Catalonia…¡e incluso el grupo de Hidalgo!, que no quiso quedarse fuera del accionariado.

Pero Viva Tours fue un fiasco y HG dejó el turismo para meterse en otras actividades -muebles de ratán- y volver más tarde a la aviación: montó una compañía aérea en el Congo de la que salió vivo porque Dios es bueno. Por último, apostó por la restauración a lo grande pero con desigual éxito.

Hoy vuelve a la notoriedad por sus apariciones en Cuatro. Se le ve feliz y suelto en la tele buscando novio para su princesa, hijastra de su última mujer. Domina la pantalla como si fuera un profesional avezado. Parece sentirse a gusto en estos “realities”. Nunca le agradó pasar desapercibido. Todo un “showman”.