El cristal delantero de las aeronaves está hecho de varias capas de materiales muy resistentes y es extremadamente difícil de romper. Sin embargo, los pasados 12 y 14 de septiembre, dos Boeing B777-200ER de American Airlines han sufrido la rotura de sendos cristales de la cabina, informa On The Wings of Aviation.
El primer percance ocurrió en un vuelo que cubría la ruta Dallas-Madrid. Cuando se encontraba a una altitud de 37.000 pies, los pilotos se percataron de la rotura, lo que les obligó a aterrizar en el aeropuerto de origen una hora y media después del despegue. El vuelo se reanudo con otro avión, llegando a Barajas con seis horas de retraso.
En el segundo caso los pilotos optaron por un desvío en vez de regresar al aeropuerto de origen. El avión partió de Dallas rumbo a París. Cuando se produjo la rotura de uno de los cristales delanteras, los pilotos optaron por reducir la velocidad y volar a baja altura hasta el aeropuerto JFK de Nueva York. Los viajeros fueron transferidos a otra aeronave de la aerolínea.
A United también se le rompen, a mediados de mayo se le agrietó el parabrisas a un 787-9 sobre el Pacífico y tuvo que entrar en Narita.