Ofrecer algo original en turismo está muy difícil porque el mundo está hoy lleno de gente buscando lo diferente para intentar captar pasajeros aburridos. Pero en Barcelona parece que una empresa lo está consiguiendo. Se trata de un burdel con muñecas y muñecos sexuales. Desde luego, como para no llamar la atención.
La compañía Lumidolls ofrece a este hotel muñecas muy reales, con varias opciones. El coste de cada muñeca es de 130 euros la hora. Ya se imaginan que las muñecas, que en realidad son pequeños robots, atienden todas las extravagancias que les pidan los clientes. El negocio puede sonar un poco novedoso en España, pero en China y Japón hacen furor desde hace mucho, cuando apareció el primer hotel –burdel, sería un nombre técnicamente más correcto–.
Esta parece ser una nueva rama de turismo, a la que se están dedicando afanosamente los científicos de varios países. Incluso en Estados Unidos hay un evento anual –jornadas, conferencia o congreso– al que asisten estos expertos, bajo el título “Love and Sex with robots”. En todo caso, aunque ya hay varios modelos, los expertos consideran que en un futuro muy cercano se llegará a niveles de realismo importantes.
Los especialistas dicen que estos robots pueden provocar un profundo cambio en el modelo de turismo que tenemos hoy. Barcelona, dicen, está marcando el camino en este sentido. Lo que no sabemos es si estar en estos hoteles exige habitación doble, y si el robot paga estancia.
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