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EDICIÓN ESPAÑA

LA CRÓNICA DEL FIN DE SEMANA

Los viejos vuelven a ganar

La hostelería intuitiva de los viejos pioneros vacacionales se aguanta mientras los modelos hiper profesionales se hunden
Las cadenas mallorquinas que aún conservan rasgos del modelo clásico, sobreviven con más solvencia que las organizaciones más profesionales

España no tiene turismo sólo porque un día, allá al final de los años 50, el Norte de Europa tuvo dinero para mandar masivamente a sus clases medias a tomar el sol al Mediterráneo. Grecia, Italia y el Norte de África también hubieran podido competir por este flujo de viajeros (y de dinero) pero, sin embargo, sólo un grupo de españoles, fundamentalmente de Mallorca, supieron sacar provecho de esta oportunidad. Son los grandes empresarios mediterráneos, en general de formación modesta, pero con un olfato irrepetible para el negocio. Su instinto era aprovechar la oportunidad, explotar la ocasión, maximizar el beneficio. Mucha praxis en detrimento de la teoría.

 

Así nacieron las grandes empresas españolas del turismo, desde lo que hoy es Meliá a Riu, de Iberostar a Fiesta, de Hipotels a Barceló. Desde hace ya unos cuantos años, todas han vivido una transición desde un modelo de gestión muy intuitivo, a uno más profesional, menos oportunista, más diversificado. Una transición desde aquellos pioneros hoy mayoritariamente retirados a los hijos y hasta nietos, llenos de masters, estudiosos de 'charts', basados en estrategias y en informes de mercado. Una revolución nunca acabada del todo porque aquellos orígenes tienen mucho peso aún.

 

Modelo a ojo. Así, las cadenas que se basaban fundamentalmente en sol y playa irrumpieron en el entorno del alojamiento urbano; aquella marca única evolucionó a una segmentación atendiendo a los diversos públicos; aquellas ventas directas con un puñado de intermediarios se convirtieron en múltiples mercados, negocio online, multiplataforma. De la aventura de conquistar territorios inexplorados, a la gestión milimetrada en ciudades en las que un año antes se saben las ocupaciones y los precios; del margen impresionante del 'pelotazo' caribeño a la rutina de la gestión profesionalizada; de centrarse en la comida a estudiar la asociación del logo con la sensación emotiva del cliente; de la rigurosa propiedad del ladrillo a las complicadas fórmulas americanas de la gestión o la franquicia; de la tesorería a ojo de buen cubero al apalancamiento vinculado a futuros en multidivisas.

 

Como casi todas estas organizaciones, incluso las que cotizan en Bolsa, son familiares, la batalla estuvo siempre entre el padre, intuitivo pero con el irremplazable activo de haber creado un imperio, y el hijo, moderno, tecnológico, pensando en estrategias, centrado en definir la misión y visión del grupo. En realidad ambos mundos se entendían: la generación de los viejos comprende que hay que evolucionar, que el negocio oportunista no se puede mantener siempre, que hay que ser capaces de competir con márgenes bajos; y los hijos entienden que su modelo de escuela de negocios nunca va a servir para crear un imperio en dos décadas como sí hicieron sus padres.

 

 

Llega la gran crisis. Hasta que llega esta crisis sin límite, sin horizontes, que amenaza con arrasarlo todo. Hasta que España y el mundo sufren este tsunami económico del que nadie se atreve a predecir el desenlace.

 

Entonces los viejos vuelven a ganar la batalla y sin que nadie puede dudar de ello. Porque el viejo negocio, el del viajero turístico, sigue arrasando mientras la ciudad se arrastra; la semana al sol funciona mientras el urbano tiene contracciones que no se soportan; los grandes márgenes siguen viniendo de los hoteles en propiedad, mientras que la gestión y la franquicia dan imagen pero no dinero. Alguna de las grandes cadenas españolas que no entró en el negocio urbano hoy tiene problemas de caja, pero por exceso de liquidez; alguna otra gran cadena dedica más tiempo a mirar un puñado de hoteles del Caribe, del que vienen hoy la enorme mayoría de sus beneficios, que a todo el negocio urbano del mundo, que sólo consume recursos y aporta dolores de cabeza; la presencia en España hoy se salva sólo en las cadenas que tienen el viejo hotel vacacional, junto a la playa, y no en aquellas que han conquistado a sus clientes a través del diseño de una experiencia emocional asociada al multibranding y a la interactividad en redes sociales.

 

 

Supervivencia. Que sí, que las escuelas de negocios están bien, pero el negocio está mejor; que los viejos aún siguen ganando las batallas por goleada gracias a un modelo simple, intuitivo, básico, pragmático. Las grandes cadenas hoteleras españolas nacidas en el Mediterráneo sobreviven porque no habían roto totalmente con el modelo de los viejos, con el turismo de vacaciones, con el pragmatismo y la simplicidad. Las que apostaron sólo por el urbano, por modelos ultra profesionales, con apalancamientos medidos de acuerdo con los charts de evolución de los mercados, son hoy propiedad de la banca que no sabe qué hacer con ellas.


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    8 Comments
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    Lucas
    10 años

    A la mayoría de los viejos lo que realmente les funciona son las inversiones iniciales en Caribe. En otras geografías están fracasando también. Ninguna está entre las grandes compañías hoteleras a nivel mundial. Imperdonable que estén actuando como si la región APAC no existiera cuando la industria hotelera global se está volcando con nuevas inversiones en esa zona.

    Marc Cuesta
    10 años

    Para ver lo "profesionales" que son trabajando las Riu, Iberostar, Fiesta, Barceló y compañía basta darse un vuelta por sus despachos. A inútil por m2 firmando talones para tapar su incapacidad. Misión imposible encontrar un buen profesional al que además le dejen serlo y lo sea. Enchufismo tecnológico y de gestión donde a la orden de hay que hacer esto se actúa con el no hay problema, dame 50mil. cuando con 10 veces menos y la correspondiente capacidad se puede hacer 10 veces mejor. Son empresas privadas, que hagan lo que quieran, pero que no saquen pecho por favor. Calladitos.

    Juan carlos
    10 años

    Estoy de acuerdo a medias, tuvieron la suerte de tener esta oportunidad de negocio pero la aprovecharon de manera desontrolada, cargandose el litoral, sin vision de futuro, metiendo hoteles horribles para ganar dinero rapido y dejando a los siguientes mierdas como la playa de Palma. Cannes tiene una basura de playa, pero ya quisiera cualquier maravillosa playa de Mallorca asemejarse a este destino. Todas las edificaciones ordenadas, con estilo, los edificios de primera linea mas bajos que los siguientes para mantener la vista un ejemplo de lo que es tener vision de futuro y no explotar descaradamente esta bendicion del cielo que tenemos. 5. Kilometros de arena blanca en la playa de palma que son la envidia de Montecarlo, Cannes, Porto Cervo, Capri... Y sin embargo cada edificio mira en una direccion, cada cual mas feo que el anterior, sin orden, como colmenas, y por eso tenemos el turismo este barriobajero de Europa que nos merecemos, gracias a estos maravillosos empresarios.

    victor gutierrez
    10 años

    como la malloria de veces siempre desmereciendo lo de los demas,como si fuera tan facil levantar un negocio,que haceis o haveis hecho a parte de hacer criticas destrucctivas,asi nos luce el pelo,saludos para todos.

    Luis
    10 años

    No es oro todo lo que reluce, que alguno de los "viejos" tambien ha pasado por problemas financieros recientes, refinanciaciones, etc...como los otros...no vale simplificar de manera tan facil las cosas...porque alguno de los viejos tenga sobrante de caja no quiere decir que lo tengan los demas, ni mucho menos...
    Si la conclusion del articulo es que lo mejor es evolucionar..pues apaga y vamonos. Quien dude de la diversificacion (geografica y de cliente), de la segmentacion, de la especializacion, de la innovacion en el producto, de los modelos de gestion menos intensivos en capital, etc. en mi opinión es que se he quedado atras...

    Pilar
    10 años

    Leyendo este bonito artículo, me he acordado de los inicios de El Corte Inglés y del gran Ramón Areces, un hombre hecho a si mismo, prácticamente analfabeto, de como levantó un imperio, cuando cualquier persona que entraba de chico de los recados en la empresa podía promocionarse hasta llegar a ser directivo ¿por qué? porque conocí el negocio desde abajo, con todos sus entresijos,. Comparémoslo ahora con el imperio "heredado" de Isidoro Alvarez, abriendo centros sin parar alimentando la burbuja inmobiliaria, con gente en los despachos que dudo sepan lo que es hacer un inventario o un cierre de caja.

    Hay un dicho español: los nietos dilapidarán la fortuna creada por los abuelos

    Es que la economía virtual nunca se ha llevado bien con la realidad y estos magos del turismo español tenían en mente que una peseta era una peseta mientras que ahora con un euro invertido, con opciones a futuro, empaquetado en fondos, pignorado, reinvertido en stock options y zarandajas así se termina convirtiendo en un gran agujero de 1 millón de euros. Esto a aplicar a todos los sectores, incluyendo el hotelero, os course

    JuanCanario
    10 años

    Para Juan Carlos.
    Muy bueno y totalmente de acuerdo con todo tu articulo,es más o menos lo que vengo defendiendo por aqui con respecto a que se impida la demolición, por parte de Riu, del hotel Maspalomas Oasis para contruir uno de sus "palacios orientales" en primerisima fila de la Playa de Maspalomas.

    Makiavelo
    10 años

    En ocasiones todo el esfuerzo hecho con el paso de los años por las generaciones que fueron en su dia emprendedoras para crear una empresa se viene abajo por la nefasta labor de los hijos que metidos de lleno en labores de marketing expansion modernizacion y de edificios y establecimientos olvidan lo mas esencial y basico de cualquier empresa que es el que los negocios deben ser rentables si bien es cierto que una empresa de servicios se debe a sus clientes no es menos cierto que las empresas deben tener como objetivo final el lucro si hablamos en el plano mercantil Todo lo demas puede minar las bases de las empresas heredadas hasta el punto que origine un colapso ya que la produccion bruta puede ser inmensa pero si los costes son muy altos las estructuras directivas grandilocuentes las inversiones no son rentables y la deuda financiera acosa y lastra los resultados pues deberian firmemente pensar en volver a las bases ya que el concurso de acreedores puede estar a la vuelta de la esquina y no es un bulo

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