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EDICIÓN ESPAÑA

Crónica del fin de semana

La hotelería, paralizada ante el mayor desafío de su historia

Muy pocas de las grandes organizaciones mundiales de alojamiento parecen darse cuenta de la importancia de la competencia que supone Airbnb
Los primeros datos de Estados Unidos empiezan a mostrar los daños que causa Airbnb, una competencia aún en estado incipiente

Yo me encontraba en una conferencia, en Varsovia, Polonia. En una de las sobremesas, coincidí con un colega noruego. Para romper el hielo, le dije que me había alojado en un hotel extremadamente barato en relación con su calidad. Él, en respuesta, me dijo que se había alojado en un apartamento que había contratado vía Airbnb. Dado que para un noruego, tanto los precios de uno como de otro son irrelevantes, le pregunté por qué había ido a un apartamento. Y me contestó que “es mucho más cómodo, porque tiene toda una casa a su disposición, lo cual es conveniente en muchos momentos del día en el que uno busca relajarse”.

 

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 En ese momento, mi amigo noruego, sin pretenderlo, me había explicado la relación competitiva entre la hostelería y la llamada 'economía colaborativa', o sea los apartamentos turísticos: mientras los unos te alquilan una habitación, a un precio relativamente elevado, los otros te dan todo un apartamento, a un precio notablemente inferior. No es sólo la cuestión del precio, pues, también la de la comodidad. Es estar realmente como en casa.

 

¿Por qué estos pisos y apartamentos no habían irrumpido antes en el mercado? Porque ni había una forma homogénea de comercializarlos ni tampoco había garantías de que aquel lugar en el que uno se iba a alojar era de fiar. Pero eso lo resuelven Airbnb y sus similares, que han conquistado el mercado.

 

Por lo tanto, la hotelería a nivel mundial se encuentra hoy con un auténtico desafío de calado, al que deberá plantar cara... cuando se percate de lo que tiene adelante.

 

Sin embargo, la historia reciente demuestra que la hotelería, sin duda el mejor negocio de toda la cadena de valor del turismo, no sabe reaccionar. La comodidad que otorgan los pingües beneficios que genera probablemente sea el motivo porque el que las OTAs, por ejemplo, se hayan quedado totalmente con el negocio de su comercialización, sin que la industria hotelera haya sabido reaccionar. ¿De qué Booking iba a tener el peso que ha cogido, si la industria hotelera hubiera sido capaz de responder?

 

A día de hoy, tenemos un indicio de la respuesta en la negación del peligro. Ocurre que los apartamentos vacacionales llevaban años en el mercado, pero sin que supusieran un problema, por lo que la llegada de Airbnb fue visto como un invento inocente. Morgan Stanley Research hizo un estudio en Estados Unidos y Europa y encontró que el 19 por ciento de los viajeros de ocio y el 18 por ciento de los business habían utilizado Airbnb en 2016. Son datos que deberían alarmar.

 

No es cierto que la industria del alojamiento vaya a desaparecer por culpa de Airbnb, pero, en cambio, los beneficios marginales si pueden caer. Primero un poco y después bastante más. La misma consultora estudió en Estados Unidos las ventas que tienen lugar cuando el hotel está al 95 por ciento de ocupación, que son las más rentables y caras, y estas cayeron un 17 por ciento en 2015 y un 25 en el 2016.

 

Algunas organizaciones, como la francesa Accor, parece que sí entienden la magnitud del desafío y está buscando fórmulas para adaptarse, intentando ofrecer servicios de hotelería pero para pisos dispersos en la ciudad o creando un mix entre hoteles y apartamentos, con los servicios comunes en los primeros. Algo similar a lo que Sarasola está proponiendo en España, con Room Mate Hotels.

 

Pero, la gran mayoría de la industria sigue como si Airbnb no tuviera nada que decirle, como si no hubiera lecciones a aprender. Airbnb está creciendo cada año con dobles dígitos, de forma que no para de comer terreno a los demás. El total de su oferta a día de hoy aún no es comparable con la del mayor grupo hotelero del mundo, pero en breve lo alcanzará y, de seguir a esta velocidad, lo desbordará.

 

En todo caso, hay que contar con que Airbnb, siendo el líder, no está solo en el mercado. Por ejemplo, Expedia, la OTA más grande del mundo, acaba de pagar 3.900 millones de dólares por Homeaway, un competidor de Airbnb. ¿Se acuerdan cuando hace quince años Priceline compró Booking y todo el mundo sonrió pensando que era una operación que nadie entendía? Pues, atención a Expedia, que no ha puesto todo ese dinero en Homeaway porque sí.

 

Así, pues, mientras la industria hotelera mantiene su indiferencia, la industria del alojamiento alternativo crece espectacularmente en todo el mundo. Unos pocos parecen ser capaces de ver venirse un problema de calado, mucho más importante para el turismo urbano que para el vacacional –España, nuevamente, puede salir bien parada porque, como se sabe, somos líderes en turismo vacacional, no tanto en urbano– , pero en todo caso, un desafío que va a poner el mundo de la hotelería del revés. Al tiempo.


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    8 Comments
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    Axel
    7 años

    Más bien son actividades complementarias. Personalmente está bien que el noruego quiera hacerse el desayuno, recoger su habitación y sentirse como en casa - eso ya lo hago yo en mi propia casa. Si voy a un hotel es para que me den servicio integral de atención y ocupar el poco tiempo que tengo a mi familia, mis intereses personales,...etc, en definitiva, no trabajar en labores domesticas "otras vez".

    leonarod
    7 años

    si claro, empezamos a pedir a los apartamentos los mismos requisitos de los hoteles. primero: cumplir con la normativa anti-fuego ( colchones a prueba de fuego, plan de evacuación, extintores con revisión periódica, aire acondicionada etc) , que es un dineral que todos los hoteleros pagan. ( y que un apartamento no).SEGUNDO: Normativa de minusvalía, si una silla de rueda no entra en una habitación o no hay ascensor te ponen una denuncia que te hacen cerrar. Pero los apartamentos turísticos se pasas de esa. TERCERO Y LO PEOR , EVASIÓN TOTAL DE IMPUESTOS.( si, señores, tambien si pagais con tarjeta de credito airbnb hay evasion de impuestos)

    Que los dueños de los apartamentos empiecen a cumplir con la misma norma así que desde entonces se puede comparar. fácil poner precios bajos en la total evasión de las normas.

    Cuarto: subida de los alquileres para quien tiene que vivir y trabajar en estas ciudades.

    EL LIBRE MERCADO TIENE QUE SER LIBRE PERO CON TODOS LOS OPERADORES CUMPLIENDO LAS MISMAS NORMAS.

    Toño Gurrión
    7 años

    estas plataformas han venido para quedarse, no se le pueden poner puertas al campo, muchos hoteler@s se han dormido en los laureles y no se han sabido adaptar a los nuevos tiempos. Tendrán que echar mano de sus amiguitos políticos para intentar (y digo intentar, que no conseguir) cargarse esas plataformas. Pintan bastos

    OccupyOakland
    7 años

    los hoteles,al igual que iberia,el bipartidismo,los taxis,los diarios,agencias viajes y la TV solo serán para los jubilaos....esto es una brecha generacional.

    OccupyOakland
    7 años

    pues esperar a que spain legalize la venta comida callejera con licencia y food trucks moviles 24H

    No es oro ....
    7 años

    El que haya estado Noruega y vea cómo es la limpieza( que brilla por su ausencia) y el caos que reina en sus casas , entenderá la opinión de este noruego. Y es que en los paises nórdicos no es oro todo lo que reluce.

    Marco R
    7 años

    Prefiero recuperar la inversión de la vivienda, alquilándola por estos portales, a que me entre un OKUPA, por tener la vivienda sin habitar y la destruya, e incluso tener que pagar un precio por su salida.

    Pep
    7 años

    BALEARES, llena hoteles. BALEARES amplia su temporada turística y nuevas previsiones de record.

    Hoteles llenos. Pero el alquiler turístico en auge. Lo cual está provocando ya en Palma ciudad el mismo problema que en Ibiza. imposible encontrar un piso que alquiler por menos de 1.000 euros al mes. Los pisos que se ponen en alquiler por menos de 1.200 euros al mes se alquilan en horas.

    Hablamos de modestas viviendas y pisos, de esos que alquilan personas y trabajadores con sueldos de menos de 1.200 euros al mes.

    Es una locura, señores.

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