Destino turístico vacacional. Es la segunda en extensión (701,84 kilómetros cuadrados) de las cinco islas mayores del archipiélago balear. Su superficie es en general llana y sus costas poco accidentadas, salvo la rada que forma el puerto natural de Mahón. Los recursos con los que cuenta son la agricultura, la ganadería, la industria láctea, los licores, el calzado, la orfebrería y el turismo. En la isla se encuentran importantes vestigios megalíticos (talaiots, navetas y taulas). Las culturas más significativas que han pasado por estas tierras son fenicios, griegos, cartagineses, romanos, vándalos, otomanos y árabes. En 1232 Jaime I la sometió a vasallaje y en 1287 fue reconquistada por Alfonso III de Aragón. Sus principales núcleos urbanos son las ciudades de Mahón, la capital, de marcado carácter mediterráneo, y Ciudadela, más tranquila y distinguida, donde aún se conservan numerosos caserones renacentistas y un casco antiguo con atractivos espacios aportalados. La mayor parte de la isla está cubierta por un manto de vegetación virgen, que junto con sus calas y su mar, son algunos de los aspectos que más atraen al visitante.